Nacido en Burgos hace 34 años, Gonzalo Balbás es el director comercial y cogerente de Viña Solorca, bodega familiar de Ribera del Duero que ha sido uno de los grandes descubrimientos del año en Vinoselección. Su tinto Gran Solorca Reserva 2016 ha gustado tanto a nuestros clientes que más de 3.000 ya han comprado al menos una caja en tan solo un mes. Y no es para menos, este excelente ‘Ribera' viene avalado por tres Oros en los prestigiosos Concurso Mundial de Bruselas, Bacchus y Mundial de Tempranillo, y 92 puntos y Medalla de Plata en Decanter World Wine Awards, el certamen más célebre del mundo. Se puede decir que tenemos un descubrimiento de Viña Solorca.

Es un placer charlar con Gonzalo en esta entrevista exclusiva de La Buena Uva.

VS. Primero, enhorabuena por los premios. Nada menos que tres de sus vinos ganadores de un Oro en el Mundial de Tempranillo, entre ellos Gran Solorca Reserva 2016, un tinto que además ha conseguido otros importantes galardones y que, sin duda, es un descubrimiento de Viña Solorca. ¿Por qué tiene tanta calidad el tempranillo de Viña Solorca?

Somos una de las familias con más larga tradición en el cultivo de la vid en Ribera del Duero. Usamos nuestros propios clones de viñedos centenarios en el desarrollo de nuevas plantaciones como seña de identidad; y sobre todo, nunca hemos limitado el presupuesto de cara al cuidado y protección del viñedo.

VS. ¿Qué valores tiene presentes la familia en el trabajo?

Supongo que los mismos que cualquier familia que quiera salir adelante en el sector agroalimentario: luchar cada día por mejorar el producto, servir correctamente al cliente y procurar resistir cualquier inclemencia que pueda acontecer.

VS. ¿Cuál de los vinos de la bodega es su ojito derecho?

Aprecio a todos los vinos por igual: dentro de su categoría, son todos dignos de cariño y respeto. Cada persona tiene un vino favorito. Nosotros procuramos adaptar nuestra gama de vinos a un perfil muy variado de clientes.

VS. Díganos tres cualidades de un buen bodeguero.

Tener más corazón que cabeza a la hora de comenzar cualquier proyecto, capacidad de resistir todo lo que venga, y, ante todo, saber de viñedo.

VS. Qué metas se marca la bodega.

Mejorar el valor añadido del producto y llegar a más mercados internacionales.

VS. Pongámonos en la situación de una cena romántica. ¿Lleva un vino de su bodega o elige otro?

Depende del nivel de romanticismo de la cita. Me adaptaría a los gustos de la otra persona. Pero siempre es un honor disfrutar del fruto de tu trabajo en compañía de las personas que quieres.

VS. Ahora las bodegas trabajan para estar bien posicionadas en redes: Twitter, Facebook y Youtube… ¿Han entrado en esta onda?

Sí, hace poco; y le estoy empezando a coger el gusto. Tarde o temprano tenía que evolucionar como comercial.

VS. ¿Alguna vez alguien ha criticado sus vinos delante de usted sin saber quién era?

Sí, y si te agrada, bien; y si no, también. Hay que aceptar las críticas de forma constructiva para poder mejorar.

VS. ¿Y alguna anécdota divertida?

Una vez llegué a ¡21 platos de comida en una cata maridaje en Hong Kong! La presión en la negociación por parte del cliente consistía en pedir tres platos más cada vez que no llegábamos a un acuerdo en el precio de un lote importante de vino que teníamos que firmar ese día. Gané yo, pero estuve los dos días siguientes a base de Almax, ibuprofeno y té.

VS. ¿Entiende que a alguien no le guste el vino o piensa que es porque no lo ha probado lo suficiente?

Por supuesto. La grandeza del mundo del vino es la variedad, como en la vida misma.

VS. ¿El problema del vino español es que se vende demasiado barato para la calidad que tiene? Sí. Yo respeto absolutamente que cada uno se gane la vida como buenamente pueda o le dejen. Pero opino que la teoría del gran volumen barato a la larga puede ser un desastre para quienes lo ejercen.