Valtravieso Crianza 2019
Ribera marcado por el páramo
Valtravieso Crianza 2019 es un Ribera del Duero marcado por el terruño. Se elabora con viñas en páramo a 915 m de altitud, en un paraje extraordinario pero extremo y exigente, donde un promedio de 3º C menos de temperatura favorece procesos de maduración más lentos y equilibrados, mientras que las grandes oscilaciones térmicas día-noche ayudan a conseguir mayor acidez y frescura. Un Crianza serio, estructurado, con carácter mineral, boca fresca y final largo; avalado, además, por añada Excelente.
Información general
El Crianza es el buque insignia de la bodega, y este que presentamos está bendecido por una añada Excelente, caracterizada por una brotación tardía con bayas pequeñas y muy concentradas. Valtravieso Crianza 2019 se basa en la uva tinto fino (tempranillo), complementada con cabernet sauvignon (4%) y merlot (3%). Las uvas proceden de las viñas que la bodega posee en páramo de Piñel de Arriba, concretamente en la finca “La Revilla”, a 915 m; y otra pequeña parte de las uvas procede de parcelas de viticultores también del páramo de Piñel. La edad media del viñedo es de 25 años.
Está elaborado de forma tradicional, usando levaduras indígenas. Tiene una crianza de al menos 12 meses en barricas de roble francés 90% y americano 10%, pasando luego a afinarse en botella. El 95% de las barricas utilizadas tienen una capacidad de 225 litros, y el 5% restante de 300 litros.
Valtravieso es un proyecto familiar liderado por Pablo González Beteré. La familia, enamorada de Ribera del Duero pero sin relación previa con el mundo del vino, buscaba emprender un pequeño proyecto en la zona, y decidió adquirir la bodega Valtravieso en 2002. Una firma ubicada en finca La Revilla, en Piñel de Arriba (Valladolid), con unas pocas hectáreas de viñedo en páramo, a 915 m de altitud (por encima de la media de Ribera del Duero) que llevaba ocho años funcionando como bodega.
En esta ubicación cuentan con un promedio de 3º C menos de temperatura media que favorece una maduración de las uvas más lenta y equilibrada. Además, las grandes oscilaciones térmicas día-noche ayudan a conseguir mayor acidez y frescura. Por otro lado, los suelos calizos propician rendimientos cortos, entre 4000 y 4500 kilos de uva por hectárea, y transmiten mineralidad. Estas condiciones marcan la personalidad de sus vinos, en los que pretenden reflejar el ‘terroir’ con fidelidad.
Cuando la familia tomó las riendas de Bodegas Valtravieso eran los únicos que trabajaban la viña en el páramo, un paraje hoy de moda que cuenta con otros viticultores. De las 20 hectáreas de viña que poseía en los orígenes, Valtravieso ha pasado a tener 85 hectáreas de viñas propias, donde cultivan principalmente tempranillo (tinto fino), pero también cabernet sauvignon, merlot, malbec, garnacha y albillo mayor. En la elaboración, aplican procesos suaves, sin buscar la extracción, ya que, por encima de la corpulencia, buscan vinos con frescor, taninos finos, complejidad y elegancia.
El tinto Valtravieso Crianza 2019 (D.O. Ribera del Duero) acompañará a las mil maravillas platos como paletilla de cordero asado.
Opinión de sus Creadores
"
Vista: Color rojo picota de capa media-alta.
Nariz: Aromas frutales de grosella y fresa en compota con notas especiadas y torrefactos.
Boca: Amable con taninos finos y bien integrados, volumen preciso y un paso en boca fresco gracias a su viva acidez.
"Características generales
Información general
El Crianza es el buque insignia de la bodega, y este que presentamos está bendecido por una añada Excelente, caracterizada por una brotación tardía con bayas pequeñas y muy concentradas. Valtravieso Crianza 2019 se basa en la uva tinto fino (tempranillo), complementada con cabernet sauvignon (4%) y merlot (3%). Las uvas proceden de las viñas que la bodega posee en páramo de Piñel de Arriba, concretamente en la finca “La Revilla”, a 915 m; y otra pequeña parte de las uvas procede de parcelas de viticultores también del páramo de Piñel. La edad media del viñedo es de 25 años.
Está elaborado de forma tradicional, usando levaduras indígenas. Tiene una crianza de al menos 12 meses en barricas de roble francés 90% y americano 10%, pasando luego a afinarse en botella. El 95% de las barricas utilizadas tienen una capacidad de 225 litros, y el 5% restante de 300 litros.
Valtravieso es un proyecto familiar liderado por Pablo González Beteré. La familia, enamorada de Ribera del Duero pero sin relación previa con el mundo del vino, buscaba emprender un pequeño proyecto en la zona, y decidió adquirir la bodega Valtravieso en 2002. Una firma ubicada en finca La Revilla, en Piñel de Arriba (Valladolid), con unas pocas hectáreas de viñedo en páramo, a 915 m de altitud (por encima de la media de Ribera del Duero) que llevaba ocho años funcionando como bodega.
En esta ubicación cuentan con un promedio de 3º C menos de temperatura media que favorece una maduración de las uvas más lenta y equilibrada. Además, las grandes oscilaciones térmicas día-noche ayudan a conseguir mayor acidez y frescura. Por otro lado, los suelos calizos propician rendimientos cortos, entre 4000 y 4500 kilos de uva por hectárea, y transmiten mineralidad. Estas condiciones marcan la personalidad de sus vinos, en los que pretenden reflejar el ‘terroir’ con fidelidad.
Cuando la familia tomó las riendas de Bodegas Valtravieso eran los únicos que trabajaban la viña en el páramo, un paraje hoy de moda que cuenta con otros viticultores. De las 20 hectáreas de viña que poseía en los orígenes, Valtravieso ha pasado a tener 85 hectáreas de viñas propias, donde cultivan principalmente tempranillo (tinto fino), pero también cabernet sauvignon, merlot, malbec, garnacha y albillo mayor. En la elaboración, aplican procesos suaves, sin buscar la extracción, ya que, por encima de la corpulencia, buscan vinos con frescor, taninos finos, complejidad y elegancia.
El tinto Valtravieso Crianza 2019 (D.O. Ribera del Duero) acompañará a las mil maravillas platos como paletilla de cordero asado.
Opinión de sus Creadores
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Vista: Color rojo picota de capa media-alta.
Nariz: Aromas frutales de grosella y fresa en compota con notas especiadas y torrefactos.
Boca: Amable con taninos finos y bien integrados, volumen preciso y un paso en boca fresco gracias a su viva acidez.
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