Château Haut-Bailly 2016
Pura fruta y estructura
Información general
Château Haut-Bailly 2016 es una de las últimas añadas de uno de los vinos más elegantes de Burdeos. Se trata de un ensamblaje, con el rango de Cru Classé de Graves, dominado por la cabernet sauvignon y completado con merlot, petit verdot y cabernet franc y envejecido 16 meses en barricas de roble francés.
La edad de las cepas de donde proceden las uvas de este tinto, algunas de ellas prefiloxéricas, y su particular terroir de suelos de grava con arenisca, e incluso fósiles, le dotan de más frescura y una buena acidez que permiten disfrutar de él, tanto ahora como dentro de unos cuantos años, cuando, como es propio de los vinos de Burdeos, alcance su plenitud.
El histórico Château Haut-Bailly tiene sus orígenes en 1630, año en el que las familias Bailly y Lauvarde se hicieron con su propiedad, desarrollando el cultivo de la vid que ya se daba en esta zona de Léognan, al menos desde la segunda mitad del siglo XVI. Desde entonces y hasta la actualidad (ahora bajo la titularidad del banquero estadounidense Robert Wilmers), la bodega es todo un referente para los vinos de Graves: muy frutal, complejo, equilibrado y con una gran estructura.
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Características generales
Información general
Château Haut-Bailly 2016 es una de las últimas añadas de uno de los vinos más elegantes de Burdeos. Se trata de un ensamblaje, con el rango de Cru Classé de Graves, dominado por la cabernet sauvignon y completado con merlot, petit verdot y cabernet franc y envejecido 16 meses en barricas de roble francés.
La edad de las cepas de donde proceden las uvas de este tinto, algunas de ellas prefiloxéricas, y su particular terroir de suelos de grava con arenisca, e incluso fósiles, le dotan de más frescura y una buena acidez que permiten disfrutar de él, tanto ahora como dentro de unos cuantos años, cuando, como es propio de los vinos de Burdeos, alcance su plenitud.
El histórico Château Haut-Bailly tiene sus orígenes en 1630, año en el que las familias Bailly y Lauvarde se hicieron con su propiedad, desarrollando el cultivo de la vid que ya se daba en esta zona de Léognan, al menos desde la segunda mitad del siglo XVI. Desde entonces y hasta la actualidad (ahora bajo la titularidad del banquero estadounidense Robert Wilmers), la bodega es todo un referente para los vinos de Graves: muy frutal, complejo, equilibrado y con una gran estructura.