Cruor 2005

Información general

El Priorato es una zona productora de referencia a nivel mundial. Una región que, junto a Rioja y Ribera del Duero, ha conformado una especie de triunvirato del vino español. Ubicada en la provincia de Tarragona, se trata de una pequeña denominación de abrupta orografía y áridas laderas, que en la pasada década consiguió situarse a la vanguardia enológica hispana de la mano de un grupo de jóvenes bodegueros y enólogos. Sus suelos de pizarra y cepas viejas de variedades locales dan vinos de acusada personalidad. Tintos a los que suelen acompañar atributos como el vigor, la concentración y una sólida estructura. A la vista del espectacular éxito de esta comarca han surgido nuevas bodegas que son, en muchos casos, creadas por familias con una larga tradición como viticultores y en otros casos resultado de inversiones de grandes grupos. En esta ocasión, es protagonista la iniciativa capitaneada por la familia Suquet, responsable de la bodega de referencia en el Empordà: Castillo de Peralada. Casa Gran del Siurana es su pequeño proyecto en el Priorato. Una casa que inicia su trayectoria en el año 2000 y que cuenta con 16 hectáreas de viñedo, cultivadas con las variedades tradicionales de la región, tanto autóctonas como foráneas. Con ellas elabora vinos que buscan el carácter mineral tan característico del terruño tarraconense, pero que se distancian de los tintos con exceso de potencia y estructura para buscar atributos como la amabilidad, redondez y, sobre todo, la elegancia. Esta es la segunda añada de su gran vino Cruor, de la excelente cosecha 2005. Cruor es un vino de finca en el sentido más estricto, elaborado con los frutos de dos terruños con condiciones muy específicas y distintas. Un genial ensamblaje de Garnacha, Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc y Syrah con una meditada crianza en roble.

Notas de cata

Hermoso color rojo cereza granate intenso y uniforme, de capa alta.

En nariz se muestra fragante, elegante y con gran cantidad de matices. En primer plano destacan los elegantes ecos de maderas nobles (cedro), acompañados de notas especiadas (pimienta negra) y de recuerdos de tueste y torrefacción. Más tarde continúa el recorrido aromático con notas balsámicas (regaliz) y con nítidas reminiscencias de fruta roja en confitura (cerezas) sobre un grato final marcado por los aromas de cacao.

En boca es de cuerpo medio, sabroso y con un gran equilibrio entre la acidez, el cuerpo y el alcohol. En mitad de recorrido aparece un tanino varietal de gran calidad fundido con los recuerdos que aporta la crianza en madera. De agradables sensaciones táctiles, disfruta de un paso redondo y aterciopelado, con gran complejidad de matices gustativos. Larga y compleja persistencia final, con recuerdos de cacao, notas balsámicas y de tueste.