Don PX Convento Selección 1929
Un intenso PX de Toro Albalá
Información general
Limitado (6.200 botellas), muy denso y largo es Don PX Convento Selección 1929, hermano de gama de la añada 1946, que fue la primera de un vino blanco dulce en ingresar en el exclusivo club de los 100 puntos Parker.Elaborado con frutos de Pedro Ximénez, procedentes de los Moriles Altos y soleados después de la vendimia, en las tierras arenosas que Bodegas Toro Albalá posee en la zona de Montalbán, Don PX Convento Selección 1929 fue criado largamente, según el sistema tradicional, en botas de roble americano.
Valorada con 95 puntos Parker, la añada 1929 de Don PX Convento Selección resulta perfecta por sí sola como postre, dada su gran densidad, pero también puede ser la compañía ideal para un helado de fresa, cuya acidez contrastará con el dulzor de este vino de Montilla-Moriles.
Notas de cata
A la vista es de un color oscuro azabache con una asombrosa densidad.En la fase olfativa destacan, al principio, aromas a grano de café expreso, almendra y mazapanes, para dar luego paso a vaina de regaliz y hoja de tabaco, y concluir con un final ligeramente empireumático.
En boca es un vino muy largo, de apreciar lentamente en copa ancha, dada su alta densidad en azúcares. El caramelo, café, chocolate amargo son los aromas más presentes. En una segunda cata, se revelan ciruelas, miel y pasas.
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Características generales

Información general
Limitado (6.200 botellas), muy denso y largo es Don PX Convento Selección 1929, hermano de gama de la añada 1946, que fue la primera de un vino blanco dulce en ingresar en el exclusivo club de los 100 puntos Parker.Elaborado con frutos de Pedro Ximénez, procedentes de los Moriles Altos y soleados después de la vendimia, en las tierras arenosas que Bodegas Toro Albalá posee en la zona de Montalbán, Don PX Convento Selección 1929 fue criado largamente, según el sistema tradicional, en botas de roble americano.
Valorada con 95 puntos Parker, la añada 1929 de Don PX Convento Selección resulta perfecta por sí sola como postre, dada su gran densidad, pero también puede ser la compañía ideal para un helado de fresa, cuya acidez contrastará con el dulzor de este vino de Montilla-Moriles.

Notas de cata
A la vista es de un color oscuro azabache con una asombrosa densidad.En la fase olfativa destacan, al principio, aromas a grano de café expreso, almendra y mazapanes, para dar luego paso a vaina de regaliz y hoja de tabaco, y concluir con un final ligeramente empireumático.
En boca es un vino muy largo, de apreciar lentamente en copa ancha, dada su alta densidad en azúcares. El caramelo, café, chocolate amargo son los aromas más presentes. En una segunda cata, se revelan ciruelas, miel y pasas.