Hacienda de Arínzano 2018
Vino actual con herencia milenaria
Información general
El vino que te proponemos en la Selección Blancos, Hacienda de Arínzano 2018, relata la historia del vino nacional desde hace casi un milenio. Y es que la Propiedad de Arínzano debe su vasta tradición vitivinícola a Sancho Fortuñones de Arínzano, quién desde el siglo XI apostó por el cultivo de viñedos en este pago sito junto al Camino de Santiago.
Actualmente, Pago de Arínzano resulta uno de los mayores valores del vino nacional, reconocida desde 2007 como primera denominación de origen propia de Navarra. Una finca en la que durante varias épocas, interrumpidamente, el viñedo desapareció de la propiedad, hasta que en 1988 se recuperó para los vinos de calidad tras pertinentes análisis científicos del microclima y de la orografía de la finca.
Con un compromiso medioambiental innegable, fruto del acuerdo alcanzado con Adena en 1997 para crear el “Programa para la Preservación de la Naturaleza en la Propiedad de Arínzano”, el inmueble elaborador donde nacen los vinos está perfectamente integrado en el entorno. Una bodega dotada de las últimas tecnologías para la elaboración, que fue proyectada por el arquitecto de fama internacional Rafael Moneo, en la que conviven, igualmente, las edificaciones antiguas que han sido restauradas en la propiedad.
Desde este majestuosa finca, te presentamos su blanco elaborado íntegramente con la variedad chardonnay, Hacienda de Arínzano 2018. Un vino que recuerda a los blancos elaborados en la vecina Francia, por su estilo fresco, fragante e intenso. Un lujo a tu alcance.
Notas de cata
En la copa presenta un hermoso color amarillo limón con irisaciones doradas, muy brillante a la vista.
Fragante e intensa nariz marcada por elegantes aromas de frutas tropicales (mango y piña) junto con notas de carácter especiado, finas hierbas, frutos secos y tonos florales (acacia); todo ello en perfecta armonía sobre un fondo tostado de pan grillé y deliciosos toques de mantequilla.
En boca resulta increíblemente suave y equilibrado, con una excelente carga frutal y una acidez que le aporta frescura. Larga persistencia final, con agradables notas de cáscara de limón.
Opinión de sus Creadores
"Situado en la parte más alta y fresca de la finca, sombreada de mediodía en adelante, nos permite obtener un chardonnay muy fresco y concentrado por el poco suelo que posee, de ahí su bajo rendimiento y concentración, rendimientos de unos 2000 kg/ha."
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Características generales

Información general
El vino que te proponemos en la Selección Blancos, Hacienda de Arínzano 2018, relata la historia del vino nacional desde hace casi un milenio. Y es que la Propiedad de Arínzano debe su vasta tradición vitivinícola a Sancho Fortuñones de Arínzano, quién desde el siglo XI apostó por el cultivo de viñedos en este pago sito junto al Camino de Santiago.
Actualmente, Pago de Arínzano resulta uno de los mayores valores del vino nacional, reconocida desde 2007 como primera denominación de origen propia de Navarra. Una finca en la que durante varias épocas, interrumpidamente, el viñedo desapareció de la propiedad, hasta que en 1988 se recuperó para los vinos de calidad tras pertinentes análisis científicos del microclima y de la orografía de la finca.
Con un compromiso medioambiental innegable, fruto del acuerdo alcanzado con Adena en 1997 para crear el “Programa para la Preservación de la Naturaleza en la Propiedad de Arínzano”, el inmueble elaborador donde nacen los vinos está perfectamente integrado en el entorno. Una bodega dotada de las últimas tecnologías para la elaboración, que fue proyectada por el arquitecto de fama internacional Rafael Moneo, en la que conviven, igualmente, las edificaciones antiguas que han sido restauradas en la propiedad.
Desde este majestuosa finca, te presentamos su blanco elaborado íntegramente con la variedad chardonnay, Hacienda de Arínzano 2018. Un vino que recuerda a los blancos elaborados en la vecina Francia, por su estilo fresco, fragante e intenso. Un lujo a tu alcance.

Notas de cata
En la copa presenta un hermoso color amarillo limón con irisaciones doradas, muy brillante a la vista.
Fragante e intensa nariz marcada por elegantes aromas de frutas tropicales (mango y piña) junto con notas de carácter especiado, finas hierbas, frutos secos y tonos florales (acacia); todo ello en perfecta armonía sobre un fondo tostado de pan grillé y deliciosos toques de mantequilla.
En boca resulta increíblemente suave y equilibrado, con una excelente carga frutal y una acidez que le aporta frescura. Larga persistencia final, con agradables notas de cáscara de limón.

Opinión de sus Creadores
"Situado en la parte más alta y fresca de la finca, sombreada de mediodía en adelante, nos permite obtener un chardonnay muy fresco y concentrado por el poco suelo que posee, de ahí su bajo rendimiento y concentración, rendimientos de unos 2000 kg/ha."