Lafou de Batea 2017
Brillante garnacha de Terra Alta
Lafou de Batea 2017 es el vino más personal de Lafou Celler, una de las bodegas más importantes de la D.O. Terra Alta. Su precisa elaboración, que incluye microvinificaciones por separado de viñedos viejos, hacen de él una pequeña joya.
Información general
Lafou de Batea 2017 es uno de los interesantes vinos de autor que elabora Lafou Celler, bodega perteneciente a la familia Roqueta, destacada saga vinícola catalana. La firma tarraconense es bien conocida por su dominio de la garnacha, la uva reina de la D.O. Terra Alta. Precisamente, las variedades tinta y peluda, con un toque de cariñena, comparten protagonismo en este tinto, originario de viñedos de una edad entre 50 y 70 años de la Finca Mas Gabrielet, en Batea.
Para elaborar Lafou de Batea, Lafou Celler procedió a la vendimia manual de las uvas, que, a su llegada a bodega, rápidamente fueron enfriadas en cámara frigorífica, antes del despalillado. La fermentación en pequeños depósitos abiertos de acero inoxidable, la vinificación parcelaria y una paciente crianza de 12 meses en barricas de roble y en huevos de hormigón, dieron como resultado un tinto de gran complejidad aromática, frescura, largo final y una longeva maduración en botella.
Nombrado Enólogo del Año en 2016 por la Asociación Catalana de Sumillers, Ramón Roqueta Segalés es la figura al frente de Lafou Celler, su proyecto más personal y una de las cuatro bodegas del grupo familiar Roqueta Origen, que también dirige. Fundada en 2007 en el municipio de Batea (Tarragona), la firma cuenta con la tecnología más puntera y sus vinos, amparados bajo la D.O. Terra Alta, son el fiel reflejo de esta región.
Notas de cata
De profundo color rojo cereza.
En la fase olfativa presenta un amplio despliegue de sensaciones aromáticas. Primero aparecen matices de fruta roja, avellana cruda, tomate seco y recuerdos balsámicos de sotobosque, para luego evolucionar hacia notas de ciruela y aceituna negra.
La complejidad en la fase olfativa encuentra su eco en boca, con una entrada fresca que evoca a la fruta, cierta acidez, que compensa el dulzor de la garnacha, y un prolongado final en el que destacan recuerdos de cacao y piedra mojada.
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Características generales
Información general
Lafou de Batea 2017 es uno de los interesantes vinos de autor que elabora Lafou Celler, bodega perteneciente a la familia Roqueta, destacada saga vinícola catalana. La firma tarraconense es bien conocida por su dominio de la garnacha, la uva reina de la D.O. Terra Alta. Precisamente, las variedades tinta y peluda, con un toque de cariñena, comparten protagonismo en este tinto, originario de viñedos de una edad entre 50 y 70 años de la Finca Mas Gabrielet, en Batea.
Para elaborar Lafou de Batea, Lafou Celler procedió a la vendimia manual de las uvas, que, a su llegada a bodega, rápidamente fueron enfriadas en cámara frigorífica, antes del despalillado. La fermentación en pequeños depósitos abiertos de acero inoxidable, la vinificación parcelaria y una paciente crianza de 12 meses en barricas de roble y en huevos de hormigón, dieron como resultado un tinto de gran complejidad aromática, frescura, largo final y una longeva maduración en botella.
Nombrado Enólogo del Año en 2016 por la Asociación Catalana de Sumillers, Ramón Roqueta Segalés es la figura al frente de Lafou Celler, su proyecto más personal y una de las cuatro bodegas del grupo familiar Roqueta Origen, que también dirige. Fundada en 2007 en el municipio de Batea (Tarragona), la firma cuenta con la tecnología más puntera y sus vinos, amparados bajo la D.O. Terra Alta, son el fiel reflejo de esta región.
Notas de cata
De profundo color rojo cereza.
En la fase olfativa presenta un amplio despliegue de sensaciones aromáticas. Primero aparecen matices de fruta roja, avellana cruda, tomate seco y recuerdos balsámicos de sotobosque, para luego evolucionar hacia notas de ciruela y aceituna negra.
La complejidad en la fase olfativa encuentra su eco en boca, con una entrada fresca que evoca a la fruta, cierta acidez, que compensa el dulzor de la garnacha, y un prolongado final en el que destacan recuerdos de cacao y piedra mojada.