Este pimentón es la suma de un laborioso procedimiento de cultivo artesanal de variedades autóctonas, del riego con las aguas puras de las gargantas de Gredos, de la recolección manual, y del secado con humo -de leña de roble y encina- en sequeros centenarios.
Las abundantes lluvias otoñales que se producen en Candeleda, coincidiendo con el momento de la cosecha del pimiento, obligaron a sus cultivadores a desarrollar un proceso alternativo al del secado al sol, recurriendo al secado por humo en construcciones de piedra -denominadas sequeros- que sólo existen en Candeleda.
La familia Gómez-Núñez, productores del Pimentón El Sequero, son la quinta generación de cultivadores candeledanos, y definen este pimentón ahumado como "una especia de una calidad excepcional que alcanza los 208 grados ASTA, libre de aditivos y productos químicos. Probablemente el mejor y más exclusivo pimentón del mundo".