Pujanza Valdepoleo 2019
Estandarte de la Rioja Alavesa
Heredero de una saga vinculada con la viña de la Rioja Alavesa desde dos generaciones atrás, Carlos San Pedro te propone su tinto Pujanza Valdepoleo 2019.
Información general
Actualmente, Bodegas y Viñedos Pujanza reúne aquello que pretendía Carlos San Pedro desde niño, convertirse en propietario de un viñedo propio y de limitada producción, que permitiese elaborar vinos de gran calidad como el que ahora te acercamos, Pujanza Valdepoleo 2019.
Un monovarietal de tempranillo procedente de la finca Valdepoleo, a su vez dividida en 7 parcelas en función de la orientación, exposición e insolación; que juntas aportan lo más representativo de los viñedos de Laguardia. El tinto más emblemático de San Pedro, un auténtico vino de pueblo proveniente de la localidad más deseada para el cultivo de la vid del territorio patrio y que supone un estandarte de la mejor Rioja Alavesa.
El apellido San Pedro está intrínsecamente relacionado con la producción de vino en la Rioja Alavesa, al menos, desde hace tres generaciones, cuando el abuelo de Carlos San Pedro era ampliamente reconocido por sus paisanos de Laguardia como propietario de algunas de las viñas más deseadas que decoran las faldas de la Sierra Cantabria.
Carlos San Pedro pertenece a una generación de enólogos riojanos, perfectamente posicionada, que ha ayudado a consolidar a la D.O.Ca. Rioja como la zona líder del vino nacional. Ya antes de la inauguración de Bodegas y Viñedos Pujanza en junio de 2002, San Pedro, propietario y director técnico de la bodega, reunía todos los mimbres para hacer de su iniciativa una de las más llamativas del panorama nacional.
De hecho, sus primeros vinos se aprovechaban de algunas cepas procedentes de la finca Valdepoleo que ahora protagoniza nuestra propuesta: Pujanza Valdepoleo 2019. Con una media de edad que se acerca al medio siglo de vida, sus viñedos cultivados en las laderas de la Sierra Cantabria sobre suelos arcilloso-calcáreos comprenden algo más de 17 hectáreas de terreno situado a una altitud media de 630 metros sobre el nivel del mar.
Notas de cata
A la vista, Pujanza Valdepoleo presenta un precioso color rojo guinda madura, de capa alta.
La nariz resulta muy elegante y compleja. En primer plano aparecen aromas de frutas rojas y negras a la sazón (fresas, cerezas y arándanos) junto con notas especiadas (pimienta y laurel) y recuerdos florales. Más tarde surgen toques de cacao y tostados, todo ello en perfecta armonía y sobre un sutil fondo de tabaco.
La boca confirma su elegancia, resultando sabroso, armonioso, con cuerpo y nervio. Presenta unos magníficos taninos tersos y nobles y una acidez que le aporta frescura. Su final es largo y persistente, con agradables reminiscencias de bergamota.
Opinión de sus Creadores
"
Finca Valdepoleo es uno de nuestros viñedos más emblemáticos. Valdepoleo es un ejemplo claro de la naturaleza de la zona, pero con mí interpretación personal. De ese doble carácter surge un vino fresco, elegante y con muy buena armonía. Procede de un viñedo dividido en siete parcelas que trabajamos por separado desde la vendimia hasta el final de la crianza en barrica. Es entonces cuando, a través de catas a ciegas, decidimos el porcentaje de cada parcela que entrará en el coupage final. Ahí está su complejidad.
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Características generales
Información general
Actualmente, Bodegas y Viñedos Pujanza reúne aquello que pretendía Carlos San Pedro desde niño, convertirse en propietario de un viñedo propio y de limitada producción, que permitiese elaborar vinos de gran calidad como el que ahora te acercamos, Pujanza Valdepoleo 2019.
Un monovarietal de tempranillo procedente de la finca Valdepoleo, a su vez dividida en 7 parcelas en función de la orientación, exposición e insolación; que juntas aportan lo más representativo de los viñedos de Laguardia. El tinto más emblemático de San Pedro, un auténtico vino de pueblo proveniente de la localidad más deseada para el cultivo de la vid del territorio patrio y que supone un estandarte de la mejor Rioja Alavesa.
El apellido San Pedro está intrínsecamente relacionado con la producción de vino en la Rioja Alavesa, al menos, desde hace tres generaciones, cuando el abuelo de Carlos San Pedro era ampliamente reconocido por sus paisanos de Laguardia como propietario de algunas de las viñas más deseadas que decoran las faldas de la Sierra Cantabria.
Carlos San Pedro pertenece a una generación de enólogos riojanos, perfectamente posicionada, que ha ayudado a consolidar a la D.O.Ca. Rioja como la zona líder del vino nacional. Ya antes de la inauguración de Bodegas y Viñedos Pujanza en junio de 2002, San Pedro, propietario y director técnico de la bodega, reunía todos los mimbres para hacer de su iniciativa una de las más llamativas del panorama nacional.
De hecho, sus primeros vinos se aprovechaban de algunas cepas procedentes de la finca Valdepoleo que ahora protagoniza nuestra propuesta: Pujanza Valdepoleo 2019. Con una media de edad que se acerca al medio siglo de vida, sus viñedos cultivados en las laderas de la Sierra Cantabria sobre suelos arcilloso-calcáreos comprenden algo más de 17 hectáreas de terreno situado a una altitud media de 630 metros sobre el nivel del mar.
Notas de cata
A la vista, Pujanza Valdepoleo presenta un precioso color rojo guinda madura, de capa alta.
La nariz resulta muy elegante y compleja. En primer plano aparecen aromas de frutas rojas y negras a la sazón (fresas, cerezas y arándanos) junto con notas especiadas (pimienta y laurel) y recuerdos florales. Más tarde surgen toques de cacao y tostados, todo ello en perfecta armonía y sobre un sutil fondo de tabaco.
La boca confirma su elegancia, resultando sabroso, armonioso, con cuerpo y nervio. Presenta unos magníficos taninos tersos y nobles y una acidez que le aporta frescura. Su final es largo y persistente, con agradables reminiscencias de bergamota.
Opinión de sus Creadores
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Finca Valdepoleo es uno de nuestros viñedos más emblemáticos. Valdepoleo es un ejemplo claro de la naturaleza de la zona, pero con mí interpretación personal. De ese doble carácter surge un vino fresco, elegante y con muy buena armonía. Procede de un viñedo dividido en siete parcelas que trabajamos por separado desde la vendimia hasta el final de la crianza en barrica. Es entonces cuando, a través de catas a ciegas, decidimos el porcentaje de cada parcela que entrará en el coupage final. Ahí está su complejidad.
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