Información general
La Palma es un gran volcán apagado, situado en el extremo noroccidental del archipiélago al albur de los alisios atlánticos. Su imponente altura (2.426 metros del Roque de los Muchachos) la convierte en una isla agreste, húmeda y selvática, donde las cabras palmeras excepcionalmente comen verde a gogó.
Una isla con D.O.P. quesera desde 2.001 y donde no hay ninguna industria quesera. Toda la producción la elaboran artesanalmente los cabreros con leche cruda y entera de su ganado, que dejan orear dos semanas antes que los recogedores –como Palvidaques- pasen a retirar los quesos en sus furgonetas frigoríficas. Posteriormente, y por barco, se distribuyen en los grandes mercados insulares o, excepcionalmente, lleguen a la Península o al resto del mundo. Después de probar diversos queseros que gestiona Palvidaques, nos decantamos por el que elabora Ana Laura González en su granja El Manchón de El Paso. Un queso láctico, mantecoso y suavemente ahumado con pinillo (la acícula del pino canario).
Muy cerca de San Sebastián de La Gomera, colgada de un risco y con una vista del Teide impresionante, se enclava la granja de cabras de Domingo Mora. Un gomero que ha hecho de todo en su vida profesional hasta que, ya maduro, decidió arreglar una finca en el límite entre la zona húmeda y seca de La Gomera, para poner en marcha una explotación de 800 cabras con toda la limpieza y modernidad que requiere un proyecto agropecuario con quesería artesanal incluida. Su queso responde al nombre de Guarapo y lo ha dejado curar dos meses antes de pimentonarlo, envasarlo y enviarlo a nuestros socios.
El suroeste de Gran Canaria es otra de las zonas más ganaderas del archipiélago donde se elaboran, en sus medianías de 500 a 1.000 metros de altitud, unos quesos artesanales buenísimos y desconocidos para el gran público. Un ejemplo sería este queso bien curado, mezcla de oveja y de cabra, que responde al nombre de El Pajonal; y que ha sido recogido y madurado durante meses por Pedro Benítez, otro profesional como Toño e Isabel en Tenerife, de una actividad en vías de extinción.
Sin duda, el majorero de la isla de Fuerteventura es el queso canario más conocido y de mayor predicamento, a pesar de la aridez de la isla. La cabra majorera se adapta a los rigores hídricos más extremos, pero si se cuida y alimenta produce una leche de gran calidad que, junto al oficio y tradición de los queseros de Fuerteventura, son los mimbres de esta D.O.P. Queso Majorero, desde 1.996. En esta propuesta hemos seleccionado los quesos bien curados y de corteza natural que elabora la cooperativa ganadera y quesera Guriamen, en Villaverde, en el norte de la isla. Un proyecto asociativo con escasos años de vida, pero que ya agrupa a nueve cabreros de la zona.