Sotorrondero 2021
Tipicidad mentridana
Intensidad y potencia son las dos principales cualidades que definen a Sotorrondero 2021, un magnífico coupage de garnacha y syrah elaborado por Jiménez-Landi, bodega referente de la pujante D.O. Méntrida.
Información general
Sotorrondero 2021 toma prestado su nombre del paraje que lo vio nacer. Y es que, el vino más accesible de Jiménez-Landi tiene su origen en ese emplazamiento homónimo, que refleja a la perfección la tipicidad del viñedo de esta bodega mentridana.
Concretamente en la elaboración de este Sotorrondero 2021 se emplearon uvas de garnacha (70%) y syrah (30%), de cepas de 45 años de edad (garnacha) y 12 años (syrah), cultivadas en ecológico, en suelos arenoso-graníticos, a una altura entre los 630 y 850 metros sobre el nivel del mar. Una vez, seleccionados los mejores frutos, la vinificación de los mismos contempló su premaceración en frío durante cuatro días, la fermentación alcohólica con levaduras autóctonas y a temperatura controlada entre 15 y 22 grados y la crianza del vino obtenido durante 12 meses en barricas de roble francés y fudres.
Si hay una bodega que haya apostado por la recuperación y la reinterpretación de la garnacha en el centro peninsular, esa es, sin duda Jiménez-Landi. Sus elaboraciones, de reducida producción, apuntaladas sobre esta variedad, desde la práctica de una viticultura ecológica y biodinámica, se sitúan en la cima de la D.O. Méntrida por su altísima calidad y su perfil fresco y elegante.
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Características generales
Información general
Sotorrondero 2021 toma prestado su nombre del paraje que lo vio nacer. Y es que, el vino más accesible de Jiménez-Landi tiene su origen en ese emplazamiento homónimo, que refleja a la perfección la tipicidad del viñedo de esta bodega mentridana.
Concretamente en la elaboración de este Sotorrondero 2021 se emplearon uvas de garnacha (70%) y syrah (30%), de cepas de 45 años de edad (garnacha) y 12 años (syrah), cultivadas en ecológico, en suelos arenoso-graníticos, a una altura entre los 630 y 850 metros sobre el nivel del mar. Una vez, seleccionados los mejores frutos, la vinificación de los mismos contempló su premaceración en frío durante cuatro días, la fermentación alcohólica con levaduras autóctonas y a temperatura controlada entre 15 y 22 grados y la crianza del vino obtenido durante 12 meses en barricas de roble francés y fudres.
Si hay una bodega que haya apostado por la recuperación y la reinterpretación de la garnacha en el centro peninsular, esa es, sin duda Jiménez-Landi. Sus elaboraciones, de reducida producción, apuntaladas sobre esta variedad, desde la práctica de una viticultura ecológica y biodinámica, se sitúan en la cima de la D.O. Méntrida por su altísima calidad y su perfil fresco y elegante.