Quinta de Aves Tempranillo 2018
Tempranillo de volcán
En Quinta de Aves los suelos de roca volcánica transmiten a los vinos características especiales. Vinos que se diseñan bajo las directrices del destacado enólogo internacional Pablo Ossorio, y sólo con los viñedos de la propiedad. Quinta de Aves Tempranillo 2018 es un tempranillo distinto y con ingredientes para gustar a todos. Divertido, muy frutal y con una boca extraordinariamente conseguida.
Información general
A la familia Casado le gusta hablar de ‘tierras raras’ para referirse a su finca Quinta de Aves, en Campo de Calatrava (Ciudad Real). Y es que el paraje no puede ser más marciano: situado entre cerros de origen volcánico y lagunas. Una tierra privilegiada, donde los suelos de roca volcánica transmiten a los vinos características especiales, como en este Quinta de Aves Tempranillo 2018. Un monovarietal nacido de cepas viejas que ofrece un perfil diferente de la tempranillo.
Quinta de Aves es una bodega familiar que ya cumple tres décadas de trayectoria. Su finca de 500 hectáreas se ubica en una de las pocas zonas sísmicas del país, a 700 m de altura en Campo de Calatrava, sobre tierras de origen volcánico y lagunas, paso de aves migratorias de más de 100 especies, de ahí su nombre. Una tierra muy diferente de la llanura manchega. La tempranillo, variedad característica de la finca, crece en valiosas cepas viejas de más de 50 años de antigüedad, que ofrecen pequeñas producciones con mucha concentración y calidad.
De estas viñas nace Quinta de Aves Tempranillo 2018, elaborado con uva seleccionada a mano. La vendimia se llevó a cabo durante la noche, con el fin de conservar la máxima frescura en las bayas y mantener íntegros sus aromas. Disfruta ahora de un tempranillo distinto, con toda la identidad de los vinos volcánicos. Ideal para acompañar un carré de cordero asado o también sería un buena acompañante de un guiso de ternera al vino tinto con verduras.
Notas de cata
Hermoso color rojo cereza picota muy madura con ribete granate intenso.
En nariz destaca por su perfil netamente frutal -recuerdos de cerezas y ciruelas-, más tarde y ensambladas a la perfección aparecen notas balsámicas de regaliz y un suave fondo especiado (vainilla).
En boca se muestra sabroso y carnoso, con un tanino varietal, maduro y goloso que tapiza un paso de boca con gran cantidad de recuerdos frutales magníficamente ensamblados con notas especiadas y tostadas. Buena persistencia final con recuerdos de fruta roja en confitura con ecos de regaliz y tenues notas especiadas.
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Características generales

Información general
A la familia Casado le gusta hablar de ‘tierras raras’ para referirse a su finca Quinta de Aves, en Campo de Calatrava (Ciudad Real). Y es que el paraje no puede ser más marciano: situado entre cerros de origen volcánico y lagunas. Una tierra privilegiada, donde los suelos de roca volcánica transmiten a los vinos características especiales, como en este Quinta de Aves Tempranillo 2018. Un monovarietal nacido de cepas viejas que ofrece un perfil diferente de la tempranillo.
Quinta de Aves es una bodega familiar que ya cumple tres décadas de trayectoria. Su finca de 500 hectáreas se ubica en una de las pocas zonas sísmicas del país, a 700 m de altura en Campo de Calatrava, sobre tierras de origen volcánico y lagunas, paso de aves migratorias de más de 100 especies, de ahí su nombre. Una tierra muy diferente de la llanura manchega. La tempranillo, variedad característica de la finca, crece en valiosas cepas viejas de más de 50 años de antigüedad, que ofrecen pequeñas producciones con mucha concentración y calidad.
De estas viñas nace Quinta de Aves Tempranillo 2018, elaborado con uva seleccionada a mano. La vendimia se llevó a cabo durante la noche, con el fin de conservar la máxima frescura en las bayas y mantener íntegros sus aromas. Disfruta ahora de un tempranillo distinto, con toda la identidad de los vinos volcánicos. Ideal para acompañar un carré de cordero asado o también sería un buena acompañante de un guiso de ternera al vino tinto con verduras.

Notas de cata
Hermoso color rojo cereza picota muy madura con ribete granate intenso.
En nariz destaca por su perfil netamente frutal -recuerdos de cerezas y ciruelas-, más tarde y ensambladas a la perfección aparecen notas balsámicas de regaliz y un suave fondo especiado (vainilla).
En boca se muestra sabroso y carnoso, con un tanino varietal, maduro y goloso que tapiza un paso de boca con gran cantidad de recuerdos frutales magníficamente ensamblados con notas especiadas y tostadas. Buena persistencia final con recuerdos de fruta roja en confitura con ecos de regaliz y tenues notas especiadas.