Características generales
Información general
Examinando con atención el actual panorama riojano se pueden identificar en él diferentes estilos de vinos, en ocasiones, tintos tan diferentes que responden a patrones totalmente opuestos. Mientras, de un lado, algunas de las bodegas más antiguas y clásicas de la denominación se mantienen fieles a los modos de elaboración tradicionales, creando tintos suaves y con abundante madera, por otro lado, nuevas firmas despojadas de todo peso histórico huyen de las concepciones tradicionales para avanzar por el camino de la heterodoxia. Y en un punto intermedio se encuentran bodegas como Muga. Gerenciada desde su creación en 1932 por la familia Muga, la tercera generación ha sabido tomar el relevo adaptándose a los nuevos tiempos con planteamientos enológicos más modernos pero sin perder la fildelidad a su herencia histórica. Así, en los últimos años, nuevos aires corren por la casa elaboradora, una nueva filosofía que tiene en Torre Muga el máximo exponente. Estrenado en el mercado con la añada 1994, Torre Muga fue un tinto precursor de un nuevo estilo en Rioja. Un vino con más color, más aroma, más estructura, más goloso y más frutal, con menos acidez y madera, que abriría un camino que muchos seguirían. La añada 1998 fue calificada como Muy Buena, y a partir de ella se elaboró este Torre Muga. Emblema de la tradición familiar, Muga ha alcanzado prestigio y fama mundiales por la excelencia de sus vinos, apostando por el roble como receta maestra. La bodega está ubicada desde 1968 en el emblemático Barrio de la Estación de Haro, en un hermoso caserón donde todo es madera de roble, que se utiliza en todas las fases del proceso elaborador. Sus tintos fermentan y envejecen en el mejor roble, en depósitos y barricas fabricados por su propio tonelero de forma artesanal, algo muy poco común en las actuales bodegas. Aunque resulta poco habitual encontrar otra bodega donde la presencia del roble sea tan definitoria, el secreto de esa firma no reside sólo en este noble componente. En Muga se cuidan cada uno de los diferentes aspectos del nacimiento y desarrollo del vino para mantener esa calidad que les ha hecho famosos. Sus viñedos se encuentran en una de las zonas de la Rioja Alta, la subzona más célebre de la indicación, donde el largo ciclo vegetativo de la uva es un importante factor de calidad. La vendimia se planifica con detalle y los frutos son recogidos en pequeñas cajas con el fin de evitar la rotura del grano. Antes de entrar en bodega, los racimos pasan por una mesa de selección, donde se desestiman los que no reúnen los cánones de calidad Muga. En la elaboración, además de las largas crianzas en barricas de roble, destaca el carácter artesanal que guía cada uno de los pasos del proceso. La bodega no filtra sus vinos ni les da tratamiento químico alguno, esperando a la decantación por gravedad. Los trasiegos se realizan también por gravedad. En la clarificación, se utiliza exclusivamente clara de huevo, un sistema caro y laborioso. En definitiva, un proceso de elaboración especial que ha situado a la firma en niveles magníficos de calidad, combinando lo mejor de la tradición y la artesanía con los medios de vinificación más modernos.Notas de cata
Hermoso color rojo cereza picota madura con ribete suavemente viláceo, muy cubierto de capa.
Muy elegante, completo y de alta intensidad aromática; las primeras notas que despliega corresponden a frutos rojos maduros (frambuesa y cerezas) y recuerdos balsámicos (eucalipto), más tarde aparecen notas de suave torrefacción (cacao y café) cerrando con suaves ecos de chocolate y suero láctico.
En boca es sabroso, con una excelente estructura y un gran equilibrio, taninos maduros y elegantes le dotan de un paso de boca aterciopelado, con amplitud y volumen. En el final de boca, con larga persistencia, reaparecen notas de fruta madura y ecos de chocolate.