En Sant Sadurní d'Anoia, donde el cava tiene su principal motor de energía, se encuentra una de esas bodegas nacidas para escribir la historia del cava con letras mayúsculas: Gramona. Una bodega familiar autora de espumosos que miran de tú a tú a los mejores champanes. Durante cinco generaciones, los descendientes han mantenido el mismo nivel de exigencia para presumir hoy de una amplia gama de productos de alta calidad.

El pasado 20 de diciembre, realizamos con los socios una visita espectacular a esta bodega catalana, fantásticamente acompañados por Linda Díaz- Morales, responsable de comunicación, y Xisco y Roc Gramona.

Comenzamos conociendo las nuevas instalaciones: una sala de fermentación donde pudimos probar, directamente de los tanques, cavas como Argent Blanc Chardonnay 2014 y Argent Rosé Pinot Noir 2014, que posteriormente degustamos en su formato final en la cata. Fue muy interesante comprobar cómo evolucionan variedades como la chardonnay y la pinot noir hasta convertirse en esos cavas elegantes a los que nos tienen acostumbrados en Gramona.

Tras conocer las instalaciones, nos trasladamos en todoterreno al campo, donde nos explicaron la filosofía Gramona: conseguir cavas de primer nivel empleando las técnicas más ecológicas y sostenibles; hasta llegar a la “casa del abuelo”, donde pudimos contemplar el mar de viñedos Gramona al tiempo que degustamos su cava Imperial y un aperitivo.

A media mañana nos trasladamos a la bodega más antigua, donde reposan las botellas y realizan la segunda fermentación. Aquí tuvimos el placer de intercambiar impresiones y compartir un cava Gramona Rosé junto a Jaume Gramona, bodeguero y enólogo de Gramona.

Tras conocer las instalaciones y algunos secretos y características de la elaboración de los cavas, pasamos a la cata de: Argent Rosé 2010, Argent Blanc 2009, Imperial 2008, Gramona III Lustros 2006, Celler Batlle 2004 (cuando el cava III Lustros alcanza una calidad excepcional, se guardan 10.000 botellas durante 4 años más y se etiquetan con el nombre de Celler Batlle) y Enoteca Brut 2000 (si Celler Batlle continúa mostrando posibilidades de guarda, se separan 3.000 botellas durante 4 años más y se embotellan con el nombre de Enoteca).

Tras la cata, comida típica a base de CalÇots, los primeros de la temporada, y una parrillada.
Una jornada inolvidable. Gracias a Gramona por recibirnos y a los asistentes por acompañarnos a descubrir el universo del cava.