Muchas cosas pueden decirse de R. López de Heredia Viña Tondonia (Bodega del Mes en Vinoselección). Una bodega singular donde las haya, realmente única, que ha hecho suyo el concepto de clasicismo riojano más auténtico, y que durante 138 años se ha mantenido fiel a su filosofía, sin concesiones a las modas. Han sido cuatro generaciones de una misma familia, los López de Heredia, quienes han conducido este insigne buque hasta nuestros días aumentando su valor, de la mejor manera que puede hacerse: amando lo que hacen y cómo lo hacen. Hablamos con María José López de Heredia, cuarta generación y gerente de la bodega.

VS. El caso de su bodega es único, se mantiene 100% de propiedad familiar. Habrán tenido ofertas de multinacionales que han rechazado. ¿Para ustedes es fundamental que siga siendo así? ¿Por qué?

En 138 años pasan muchas cosas, por lo que no he de negar que hemos tenido ofertas, no necesariamente de multinacionales sino de todo tipo de empresas que han considerado que podía resultarles interesante adquirir una Empresa como la nuestra. Simplemente, hasta la fecha, para todas las generaciones de nuestra familia, cultivar nuestros viñedos y elaborar vino se ha convertido en nuestra forma de vida, no tan solo un negocio. Por tanto, si nos gusta lo que hacemos no hay motivo para dejar de hacerlo. Aparte, nos queda mucho por hacer todavía y esperamos poder contribuir a mejorar y aportar riqueza al mundo del vino durante muchos años más y, con ello, a nuestra Sociedad más cercana.

VS. Otra de sus características es que se mantienen impermeables a las modas, incluso al margen de la renovación que sacudió el vino riojano en las últimas décadas, con esos vinos más estructurados y frutales. Podría decirse que tienen fe ciega en su modo de hacer. ¿Han pensado en elaborar vinos con otro perfil?

Pues la verdad es que no. Nuestro bisabuelo y fundador dictó las bases de elaboración de un estilo de vino, partiendo de su finca Viña Tondonia, en el que él creía y al que llamó el “rioja Supremo”. Y todavía seguimos intentando elaborar ese mismo estilo de vino. Intentarlo año tras año es un reto, por lo que no vemos motivo para cambiarlo. Por otro lado, muchos de nuestros clientes nos piden que no cambiemos; así, trabajamos para aquellos que aprecian lo que hemos hecho y lo que hacemos. Las modas siempre existirán, pero lo clásico es lo que perdura en el tiempo.

VS. ¿Cuál es el valor principal de sus viñedos?

La gran vocación vitícola de nuestra Tierra, nuestro Paisaje, nuestros suelos, nuestro microclima en el corazón de La Rioja Alta, las variedades de uva que utilizamos y los años de historia que constituyen nuestra experiencia. Todas estas cosas en su conjunto hacen que nuestros vinos sean finos y frescos, pero a la vez elegantes y fáciles de beber, caracteres a los que damos mucha importancia.

VS. En la elaboración, métodos muy tradicionales, como fermentaciones en tinos de madera. ¿Qué aporta?, ¿han pensado en cambiar a depósitos de acero inoxidable?

Las tinas de madera contribuyen a preservar una flora microbiana indígena que se ha adaptado a nuestras condiciones de vinificación, de control de temperatura de forma natural, y por tanto hacen que nuestros vinos tengan una personalidad específica. Nunca hemos sido contrarios a otros recipientes de vinificación, pero mientras sea posible elaboraremos los vinos como siempre lo hemos hecho. Nos preocupan las posibles subidas de temperatura de la uva, pero hay muchas maneras de refrigerar y posibilidades de control que se adaptan a nuestras instalaciones.

VS. Mantener su propio taller de tonelería supone un gran esfuerzo para una bodega. ¿En qué sentido les merece la pena?, ¿por qué roble americano y no francés?

Nos merece la pena en todos los sentidos. Controlar la calidad de la madera, su secado o curado natural es tan importante como controlar la calidad de la uva con la elaboramos los vinos. Si hacemos nosotros mismos todas las barricas que usamos y, además, las reparamos, tenemos el control de ellas y la seguridad de mantener una alta calidad. Máxime cuando nuestros periodos de crianza son largos, por lo que su reparación es muy importante para nosotros. Mantener los cellos, reparar los falsetes y piqueras… todo es importante.
En cuanto al tipo de roble, no consideramos que el roble americano sea mejor ni peor que el francés, sino diferente. Y es el roble americano el que, en general, siempre se usó de forma mayoritaria en Rioja históricamente, porque era el más disponible. Y como no nos da problemas, no tenemos motivo para cambiarlo. El roble, en general, sea de la procedencia que sea, no debe destacar por encima de la fruta o la tierra. Debe estar en segundo plano, sea americano o francés. El americano en general es menos fino cuando la barrica es nueva, pero por eso alargamos la vida de la barrica y, de esa forma, pulimos las aristas que, de otra manera, serían muy dominantes.

VS. El mercado internacional vuelve a mirar hacia lo clásico, prueba de ello es el repunte de los grandes reservas riojanos. ¿Esto se ha traducido para ustedes en mejores cifras de venta?

Nuestros Grandes Reservas siempre han sido de producción muy limitada así que haya mucha demanda o poca, siempre vendemos lo mismo, que es lo que elaboramos. Independientemente de las tendencias. Nuestra filosofía está centrada en nuestro Viña Tondonia Tinto que comercializamos como Reserva, aunque puede ser un Gran Reserva de acuerdo con la actual normativa. Hacemos un gran esfuerzo, año tras año, para que este vino sea comprendido, conocido y apreciado y tenemos la fortuna de que muchos clientes, tanto en España como fuera de España, lo han apreciado y vivimos de su fidelidad, así como de la de los nuevos consumidores que buscan algo distinto. De hecho, lo que hay hoy día son muchos de nuestros vinos de Reserva en el mercado buscados por coleccionistas. Al tener más años, tienen unos matices generados por el tiempo y una buena guarda que animamos a los clientes a conseguir, pero guardando ellos los vinos.

VS. ¿Hacia dónde cree que avanza el panorama del vino riojano?

La Rioja tiene mucho pasado y por tanto considero que tendrá mucho futuro. No obstante, se impone el que nos adaptemos a las nuevas circunstancias de un mundo global y cambiante, con muchas zonas vitícolas que antes no existían, muchas marcas y estilos de vino nuevos y formas de consumir diferentes, así como consumos muy moderados. Creo que el futuro de Rioja y del mundo del vino en general es hacer entender a los consumidores que el vino es un verdadero alimento, y que consumiéndolo también se contribuye a preservar un paisaje y una cultura milenaria. Siempre habrá que enseñar a beber bien a las nuevas generaciones.

VS. ¿Qué le diría a un consumidor no iniciado en vuestros vinos para que se animara a descubrirlos?

Me gusta sentir que cuando bebo un buen vino me traslado a la zona donde éste ha sido elaborado. De esta manera, uno pude viajar, bebiendo, como si de un libro se tratara. Sin moverse de casa, se puede viajar a Galicia, a Jerez, Oporto, Burdeos, Borgoña, Napa, Chile, Argentina, Australia… Y también a Rioja. Los vinos nos transportan a sus lugares, sus paisajes y sus gentes. Un vino está tan lleno de vida como la zona de donde procede. Tan solo eso es motivo suficiente para animarse a probarlo. Y por favor, que los beban con paciencia, con tiempo y conciencia; tanta como la que hemos puesto en ellos para criarlos y envejecerlos. Beber bien es todo un arte y un placer, como todo arte, hay que cultivarlo. Se aprende solo con cariño, cuidado, respeto y admiración.