A mediados de los noventa, el matrimonio formado por Paco Rodero y Conchita Villa, propietarios de varias hectáreas de viñedo cerca de Pedrosa de Duero, decidió construir una bodega para vinificar el fruto de sus cepas. Así nació la bodega de Pago de los Capellanes, todo un referente de Ribera del Duero y del vino español que este año celebra su 25 Aniversario.

Hija del matrimonio fundador, Estefanía Rodero, de 37 años, es la Responsable de Desarrollo de Negocio de esta célebre firma. Licenciada en Arquitectura Superior por la ETSAB, con más de 10 años de experiencia como arquitecta en varios estudios, y profesora en las Universidades de Arquitectura de Venecia y Santiago de Chile. Antes de unirse al negocio familiar en 2015, Estefanía se introdujo en el mundo del vino desde el Departamento de I+D de la bodega chilena Santa Carolina. Ahora comparte con nosotros su tiempo y simpatía en esta interesante entrevista.

VS. ¿Recuerdas el momento en el que tuviste claro que querías dedicarte profesionalmente al mundo del vino?

Fue mientras vivía en Chile, lejos de casa, en un país vinícola en el que tuve la oportunidad de acercarme el mundo del vino bajo una mirada global, colaborando en un proyecto de rescate de viñedos prefiloxéricos a lo largo del país. Sentí que podía aportar mucho en la bodega familiar.

VS. Este año celebráis el 25 aniversario de la creación de la bodega Pago de los Capellanes, pero ya hace mucho que podéis presumir de marca consolidada. ¿Cuál ha sido vuestra receta para conseguir una imagen de marca tan poderosa en poco tiempo?

Ojalá hubiera una receta, pero creo que nuestro motor es el aprendizaje, el perfeccionamiento y los esfuerzos concentrados en la mejora continua, con el objetivo claro de dar lo mejor en cada paso que damos. Solo con esfuerzo, honestidad y coherencia podemos avanzar de manera consistente y sostenible.

VS. ¿Cómo es trabajar con la familia? ¿Algún consejo de tus padres que mantengas siempre presente?

Trabajar con mis padres me permite conocerlos mejor, intuir sus decisiones tanto pasadas como futuras y que todo el equipo interiorice su filosofía. Ellos son una combinación entre el atrevimiento de mi padre y el perfeccionismo de mi madre, así que tengo mucho que aprender. Siempre tengo presente que se hace Camino al andar; algo que repetimos a menudo; un concepto sencillo, pero cierto.

VS. Para vosotros es muy importante poner en valor el origen y la singularidad de Ribera del Duero, ¿qué ofrece de diferente esta tierra?

Ribera del Duero es una Denominación de Origen emblemática y singular, por sus viñedos de tinta fina, con un carácter marcado y austero dado por el clima extremo y los suelos de arcilla y caliza. Son vinos que nos llevan a nuestras raíces y a la tierra, que tan heroicamente trabajaron nuestros antepasados, como mi abuelo Doroteo, sin saber que años después este territorio sería referencia vinícola a nivel mundial.

VS. Además de elaborar tintos en Ribera del Duero, os habéis introducido en el mundo de los blancos con la godello de Valdeorras. ¿Qué piensas de alguien que le pone hielo al vino blanco, te disgusta o consideras que es mejor que lo haga así a que no tome vino?

Pienso que para determinadas situaciones, con vinos no muy complejos, te puede solucionar el momento. Pero demos un paso más allá: ¿por qué no llenar una cubitera con esos mismos hielos para enfriar la botella y poder apreciar mejor el vino?

VS. ¿Te abres una botella de vino para ti sola o prefieres esperar para disfrutarlo con más gente?

Siempre lo disfruto con más gente, pero porque tengo la suerte de tener un entorno que disfruta con el vino, ya sea en el trabajo como en casa con mi marido. Si no se diera esa situación, me parece que abrirse una botella para uno mismo es un placer que no tiene por qué esperar a estar en compañía.

VS. Un sueño que desees ver cumplido cuando celebréis el 50 aniversario.

Deseo ver a mis hijos, que hoy son pequeños, asomando la cabeza por aquí y que la familia que formamos Pago de los Capellanes siga creciendo.