Por fin llegan las ansiadas vacaciones. La mayoría de los españoles las disfrutamos en este periodo estival y cambiamos nuestro paisaje habitual para desplazarnos a ese destino donde esperamos desconectar y relajarnos. El caso es que, tanto si eliges playa como interior, el buen vino siempre te acompañe. Son días para relajarse, sí, pero no por ello bajes el listón de la calidad en cuestione vinícolas.

Aquí van nuestros consejos:

1. En el post “El blanco que se lleva” ya hablamos de la preferencia del consumidor por los vinos blancos en verano. En un estilo cercano por su frescura y jovialidad se encuentran los rosados. ¡Apostemos por ellos! El rosado es un vino muy versátil que acompañará a las mil maravillas esas comidas ligeras e informales en el chiringuito playero: entrantes, tapas, arroces y pastas… Y cambiando de escenario a una zona de interior, imagina que te apetecen unos ibéricos, pues el rosado también forma un buen maridaje y además lo podrás tomar más fresquito que un tinto, a unos 9-10° C.

2. Los tintos también son para el verano y, aunque hay momentos para todo tipo de vinos, son los tintos jóvenes o con breve crianza los que ganan puntos en el periodo estival. Ya que son más suaves y menos tánicos y estructurados que los tintos con largas crianza, podremos tomarlos a temperaturas más bajas (13-14° C) sin que nos resulten astringentes. Además, sus aromas y sabores más joviales, frutales y florales sintonizan mejor con los menús veraniegos. Entre los tintos jóvenes brillan especialmente los de maceración carbónica, pura explosión frutal.

3. Allí donde fueres, pide vinos de calidad de esa zona. Serán vinos con una buena rotación y tendrán añadas actuales. Además, armonizarán a la perfección con los platos de la gastronomía local. Así que si veraneas en Pontevedra, no te vayas sin tomar un Rías Baixas; si vas a Santa Cruz de Tenerife, prueba un tinto joven de la uva listán…

4. ¡Ojo con la cosecha cuando bebas vinos jóvenes! Este tipo de vinos tienen una vida corta. Por ejemplo, si te decantas por un rosado o un tinto de maceración carbónica, que sean de la cosecha 2013.

5. Cuidado también con el popular ‘vino de la casa'. Puede que te lo sirvan en frascas “anónimas”. ¿Qué estarás bebiendo? Afortunadamente, el panorama vinícola actual te permite disfrutar de buena calidad por pocos euros. No te la juegues.

6. Y terminamos con un tema importantísimo: la temperatura de servicio. Una temperatura inadecuada (por encima o por debajo) cambia la percepción de las características de un vino. Comprueba la temperatura y solicita, de precisarlo, una cubitera con hielo y agua fría. Lo más apropiado al tratarse de vinos que se disfrutan fríos, como blancos y rosados, es que te los sirvan directamente con una cubitera. Y pídela sin miedo también para tintos: eso de que “los tintos se toman del tiempo” es una gran falsedad. ¡Imagínate tomarlo a 35° C!

Salud y feliz verano!