Nos ha ocurrido a todos: te presentas a una reunión con una botella de vino, pero siempre hay alguien que no bebe alcohol. Porque simplemente no quiere o porque no puede o no debe. Los motivos, diversos: intolerancia al alcohol, un embarazo, la prudencia ante los peligros de la carretera, el cuidado de la dieta… En estos casos, existe una opción de calidad y cualidades organolépticas muy similares al vino: los vinos sin alcohol. 100% saludables, se presentan como ese vino universal apto para todos ¡hasta los niños pueden brindar con él!

¿Qué son exactamente los vinos sin alcohol?

Si nos atenemos a la definición de vino según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), los llamados vinos sin alcohol no son exactamente vinos. Este organismo define como vino “exclusivamente la bebida que resulta de la fermentación alcohólica completa o parcial de la uva fresca, estrujada o no, o del mosto de uva. Su grado alcohólico adquirido no puede ser inferior a 8,5 p. 100 vol”.

En los vinos sin alcohol hablamos de un contenido alcohólico del 0,0%, por lo que no serían estrictamente vinos. Pero tampoco son zumos ni mostos, porque para conseguir un vino sin alcohol el mosto ha tenido que fermentar previamente. La diferencia con un vino normal es que después de la fermentación se realiza una extracción del alcohol, aplicando diferentes métodos según la bodega. Se trata pues de una bebida que deriva del vino: un vino desalcoholizados, con un bajo contenido en azúcar y un escaso contenido calórico, que se está abriendo paso en el mercado nacional, aunque tiene mayor aceptación fuera de nuestras fronteras.

Los podemos encontrar en versión tinto, rosado, blanco, espumoso o ‘frizzante', elaborados con diferentes variedades de uva. En su inmensa mayoría son vinos jóvenes; y como tales reflejan sobre todo el carácter de la viña, expresan frescura y notas frutales. Pero también existe en el mercado alguno con crianza. Entre los referentes de calidad de los ‘sin alcohol' encontramos la gama WIN de Bodegas Familiares Matarromera, y la gama Natureo del grupo Torres.

La gama WIN de Bodegas Familiares Matarromera, modelo de innovación

La gama WIN de Bodegas Familiares Matarromera acoge un amplio abanico de referencias: blancos, rosados, tintos, tintos con crianza en barrica, espumosos y ‘frizzantes', bien sea con 0.0% o, bajos en alcohol (solo 5.0º en la gama WIN5.0).

Siempre atenta a las nuevas demandas de los consumidores y muy comprometida con I+D+I, Bodegas Familiares Matarromera empezó en 2004 a investigar diferentes técnicas de desalcoholización, hasta encontrar una tecnología propia que optimiza el proceso. Se trata de un sofisticado sistema que permite la extracción del alcohol etílico mediante la deconstrucción molecular del vino. Así, en el año 2012 inauguró en Valbuena de Duero (Valladolid) la Planta de Deconstrucción Molecular -la mayor de este tipo en Europa-, con una inversión superior a cuatro millones de euros.

En primer lugar, la firma aplica tratamientos vitícolas específicos para conseguir uvas con un bajo contenido alcohólico probable. Después, en la Planta de Deconstrucción Molecular separa los aromas y el alcohol del resto de componentes del vino mediante un sistema de conos rotatorios a muy baja temperatura, mediante el cual se reduce el riesgo de pérdida de componentes aromáticos en el vino y se extrae el alcohol. Por último, el vino se somete a una reconstrucción organoléptica. Así se consigue un producto que conserva todas las propiedades beneficiosas para la salud del vino original, al contener polifenoles, antocianos y antioxidantes, pero sin alcohol.

Son vinos que Bodegas Familiares Matarromera elabora a partir de uvas de las variedades verdejo o tempranillo de viñedos situados en dos de las principales denominaciones de origen de nuestro país: Ribera del Duero y rueda. En Vinoselección encontrarás Win Tempranillo y Win Verdejo. ¡Salud!