Cursos de cata de vino: la diferencia entre beber y degustar
Quien bebe, ingiere una bebida para saciar una necesidad biológica, y quien degusta o cata, saborea un producto con atención, lo somete al análisis sensorial y valora su calidad. La diferencia es grande. ¿Eres de los que quiere aprender a catar para tener tu propio criterio?
Si es así, debes saber que proliferan los cursos de cata que se ofertan, porque el vino tiene cada vez mayor peso en nuestra cultura y el aumento del interés social por saber de vinos es un hecho innegable.
Tanto si te interesa este mundo a nivel profesional o personal, encontrarás cursos a tu medida.
Sitios como la Escuela Española de Cata o la Cámara de Madrid ofrecen cursos para los interesados en hacer del vino su profesión. Y si simplemente eres un amante del vino y quieres aprender, en Vinoselección organizamos periódicamente cursos de iniciación, para acercarte al ritual de la cata y descubrirte las claves que te harán apreciar todos los matices de un vino, en una sola jornada (3 horas aprox), de forma amena y utilizando como vehículo vinos de diferentes tipos y procedencias.
Catar, al alcance de todos
Ten en cuenta que, aunque hay gente con mayor predisposición que otra, todos estamos capacitados para aprender a catar. Los cursos de iniciación, como los que imparte Vinoselección, aportan esa base teórica tan necesaria para aprender a distinguir las diferentes sensaciones y conferir a cada una su nombre correcto: te aproximan al lenguaje técnico.
Por supuesto, es imposible convertirse en catador en una jornada. Se trata sólo de un primer paso. Lo más importante vendrá después: realmente aprenderás si sigues catando muchos vinos, comparando, practicando e intentando ampliar el horizonte de tu sensibilidad; por ejemplo, almacenando en tu mente un amplio catálogo de aromas: intentando crearte un archivo olfativo para poder identificar después un vino como afrutado, especiado, floral… ¿Estás seguro de que identificarías un aroma tan común como el de manzana?