100 años de Freixenet: la historia del cava

Si hablamos de cava, Freixenet es una referencia obligada. La bodega española más famosa en la elaboración de cavas celebra en 2014 su centenario. Y es que fue en 1914 cuando lanzó al mercado la primera botella con la marca Freixenet. Vamos a realizar un breve recorrido histórico desde sus orígenes hasta la actualidad, donde el nombre de Freixenet ampara uno de los grupos vinícolas más importantes del mundo.

Pero antes, recordad que Vinoselección ha organizado el 17 de diciembre un maridaje exclusivo en Alcocer 42, uno de los espacios más exclusivos de Madrid, con una selección de los mejores espumosos Freixenet: Elyssia Pinot Noir Rosado, Cordón Negro Reserva, Brut Nature Reserva 2009, Cuvée D.S. Gran Reserva 2007 y Casa Sala Brut Nature Gran Reserva 2005. ¡Plazas limitadas!

Los orígenes: Casa Sala y Finca La Freixeneda

En 1861 Francesc Sala Farré funda la empresa vitivinícola familiar “Casa Sala” en la región del Penedès, donde producía vinos comercializados en Barcelona y Sudamérica. Casa Sala fue un negocio floreciente hasta que a finales del siglo XIX la plaga de la filoxera mermó los rendimientos del viñedo hasta provocar finalmente la muerte de la vid.

Ya a comienzos del siglo XX se descubre que el pie de viña americano era inmune a la plaga de la filoxera, comenzando las replantaciones mediante el injerto de las variedades de vid europeas sobre pie americano. Por entonces, la nieta de Francesc Sala, Dolores, contrajo matrimonio con Pedro Ferrer Bosch, de una familia propietaria de la finca agrícola La Freixeneda.

El matrimonio Ferrer Sala se mostró enseguida como un tándem ganador, orientando la Casa Sala a conseguir grandes cavas. Su primera innovación consistió en replantar sus viñas sólo con variedades blancas autóctonas para elaborar un espumoso a imagen del más preciado de los champanes: el Blanc de Blancs. La aventura nació con estrella y rápidamente aumentaron la producción.

El nacimiento de la marca Freixenet

En estos inicios se probaron varias marcas, una de ellas fue “Freixenet”, lanzada por primera vez en 1914. Freixenet era el diminutivo de la finca Freixenada y sobrenombre por el que era conocido el propio Pedro Ferrer. Finamente, fue la marca elegida.

Con una propaganda novedosa en los medios de la época y la participación en las ferias más importantes, la notoriedad de la marca Freixenet creció por todo el territorio español y comenzaron las primeras exportaciones a los principales países consumidores: Gran Bretaña, Suiza, Bélgica y EE.UU.

En 1936 Freixenet ocupaba ya la segunda posición del ranking español. Habían construido una moderna cava en el Barrio de la Estación de Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona), el corazón del cava, y sin duda, era la marca con mayor potencial de crecimiento. Pero la Guerra Civil Española echó el freno a la aventura. Pedro Ferrer fue fusilado, y, al finalizar la guerra, Dolores Sala y su hija Pilar reemprendieron la gestión de la empresa familiar casi empezando de cero.

Fueron años difíciles en una España de posguerra, sin industrializar y cerrada al exterior, donde el cava era un artículo de lujo. A finales de los cincuenta, la incorporación al negocio del menor de los hijos de Pedro Ferrer y Dolores Sala, José Ferrer Sala, supuso un punto de inflexión y el despegue definitivo de la marca a nivel nacional e internacional. José Ferrer inició la puesta al día de las instalaciones, y a finales de los sesenta, de la mano de José Luis Bonet, llevó a cabo una innovación de la gama, lanzando un cava especial: el Carta Nevada. Además, inició la conquista del mercado español apoyado en una comunicación basada en la famosa “Burbuja Freixenet”. El resultado: un progreso meteórico de la marca.

En 1974, Freixenet lanzó su cava Cordón Negro, que supuso la segunda revolución en el sector. Freixenet fue la primera firma en emplear la tecnología de refrigeración del mosto para vinificarlo a temperatura controlada, lo que representó la modernización del cava. Cordón Negro mantenía las esencias naturales del fruto y además presentaba un precio imbatible en calidad-precio.

Además, José Ferrer puso en marcha una red para conquistar los mercados internacionales, y gracias a sus cavas Carta Nevada y Cordón Negro consiguió a mediados de los ochenta ser número uno mundial de los vinos espumosos de calidad. Así, en 25 años de gestión de José Ferrer, Freixenet pasó de pequeña empresa familiar a líder mundial. La innovación enológica forma parte de su ADN, y hoy posee la gama más amplia del sector en el segmento más alto.

Ya líder en el sector de los espumosos, Freixenet da un salto más para elaborar vinos tranquilos en otras zonas del mundo. Así, hoy día Freixenet da nombre a un grupo vitivinícola conformado por 18 bodegas repartidas en 7 países, al mismo tiempo que mantiene su carácter familiar. Sin duda, una historia de éxito.

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