Tempos Vega Sicilia, nueva marca corporativa en su 150 aniversario
Coincidiendo con el 150 aniversario de su fundación, Vega Sicilia asume un nuevo desafío: el lanzamiento de una nueva marca corporativa: “Tempos Vega Sicilia”. Así, que no os sorprenda el cambio de diseño en las etiquetas de todos los vinos del grupo: Único, Reserva Especial, Valbuena, Alión (ribera del duero), Pintia (Toro) y Oremus (Tokaj, Hungría).
Según explica la compañía, la marca Tempos recoge la cadencia y el ritmo que muestra el saber hacer acumulado durante años y los valores que comparten todos sus vinos: sensibilidad, paciencia, armonía, perfección y elegancia.
Un mito eterno
Si hay una bodega que encarne el concepto de mito, ésta es Vega Sicilia. Fundada siglo y medio atrás, sus vinos eran ya objeto de culto décadas antes de que naciera la D.O. Ribera del Duero. Pero pocos saben que Vega Sicilia logró sus primeros éxitos elaborando brandies, una práctica muy extendida en nuestro país a finales del siglo XIX.
En 1864, Eloy Lecanda fundó la bodega en Valbuena de Duero (Valladolid) tras heredar de su padre una finca de 2.000 hectáreas que éste había comprado al Marqués de Valbuena. Allí, Eloy Lecanda decidió plantar cepas de cabernet sauvignon, malbec, merlot y pinot noir con sarmientos comprados en Burdeos, alternando su cultivo con el de otras uvas locales. En poco más de una década se convirtió en proveedor oficial de la Casa Real y obtuvo la Gran Cruz de Isabel La Católica.
Parecía que el futuro de Vega Sicilia como productor de brandy estaba asegurado, pero Lecanda decidió vender la finca a la familia Herrero y éstos, a su vez, cedieron los derechos de explotación a Cosme Palacio, fundador de las riojanas Bodegas Palacio. Txomin Garramiola, su hombre de confianza, se percató del potencial del viñedo de Valbuena de Duero y se trasladó allí en 1904. Con 26 años, Txomin cambiaría la historia del vino español para siempre: aplicó en Vega Sicilia las técnicas enológicas que había aprendido en Burdeos, renovó el parque de barricas y modernizó el lagar. Así, en 1915 nacieron los dos grandes vinos de la bodega: Vega Sicilia Único y Valbuena; y esta firma ingresaría para quedarse en la élite del vino mundial.
La bodega volvió a cambiar de manos dos veces hasta que fue adquirida en 1982 por los actuales propietarios: la familia Álvarez. Pero antes de llegar a ese punto, vamos a destacar dos figuras clave en la historia de Vega Sicilia. El primero, Jesús Anadón, enólogo y gerente desde 1956 a 1985, autor de alguno de los mejores vinos en la historia de la bodega, como Vega Sicilia Único 1962 (100 puntos Parker), y responsable de educar profesionalmente al hijo de uno de los trabajadores de la finca: Mariano García. Mariano García es el segundo nombre clave en esta historia. Estuvo 30 años trabajando como enólogo de Vega Sicilia y luego emprendió su propio camino (firmando grandes vinos como Mauro, Terreus, San Román o Aalto).
A pesar de que la familia Álvarez no tenía experiencia previa en la gestión de bodegas, su llegada en 1982 supuso la entrada definitiva de Vega Sicilia en la modernidad, además de su expansión con la incorporación de nuevas bodegas. En 1991 fundó Bodegas Alión con la idea de crear un ribera moderno, accesible y de extraordinaria calidad. En 1993 creó Tokaj Oremus en Hungría; en 2001, Pintia en la D.O. Toro; y en 2013, la bodega riojana Macán en alianza al 50% con la familia Rothschild.
Pero lo más importante es que tanto la familia Álvarez como Xavier Ausás, su enólogo desde la salida de Mariano García en 1998, han sabido respetar la personalidad de Vega Sicilia y la de sus vinos. Vega Sicilia es sinónimo de grandeza, excelencia y exclusividad. De hecho, sus vinos se venden por cupos y es muy difícil acceder a ellos: hay clientes de la bodega de quinta generación, y las listas de espera son enormes. Sobran las palabras.