Cómo maridar platos de cuchara y vino, con Jesús Flores
Cuando llega el frío, ¿qué mejor que un plato de cuchara bien caliente para entonar el cuerpo? En este post te damos consejos para armonizar con vino 10 de las recetas de cuchara más típicas. Y para ello, hemos buscado el mejor asesoramiento: Jesús Flores, director del Aula del Vino, miembro del panel de cata de la revista Sobremesa y consultor en enología y gastronomía, en su currículum figuran reconocimientos como el Premio Nacional de Gastronomía. Así que, deja a un lado Halloween y evita con estas ideas los maridajes terroríficos!
1. Cocido madrileño.
Esta receta compuesta por sopa, legumbres y carne es casi un menú en sí. Personalmente, lo recomiendo con un cava, champagne o un espumoso elaborado por el método tradicional; eso sí, brut o brut nature. Para aquellos comensales de gustos más clásicos, recomiendo tintos jóvenes, frescos y frutales, o tintos con una breve crianza para armonizar con las legumbres y verduras, pero con la estructura adecuada para conectar con las carnes de este cocido madrileño. Vinos de Madrid de estas características, Arribes del Duero o incluso de Tacoronte-Acentejo irían como anillo al dedo, eso sí, ¡servidos muy frescos de temperatura!
2. Fabada asturiana.
Los componentes de este plato como son la oreja, la morcilla, el tocino y el chorizo piden la compañía de tintos con una buena tanicidad, con acidez suficiente y con no mucha madera para enfrentarse con esta sustanciosa fabada. Un ejemplo puede ser un rioja de crianza no muy viejo o un tinto tipo «roble» de Ribera del Duero. Personalmente busco vinos tintos gallegos del Ribeiro o del Bierzo, siempre servidos a una temperatura en torno a unos 12 grados.
3. Lentejas castellanas.
Un plato típico de nuestra gastronomía que requiere tintos no muy tánicos, en los predomine el perfil frutal y tengan suficiente acidez para acompañar a esta clásica receta castellana. Me inclino por tintos jóvenes de la variedad garnacha de Cebrero o Méntrida. Este plato tampoco desentona con rosados navarros o con un tinto joven manchego.
4. Fabes con almejas.
La suave textura de las fabes y los ingredientes de este plato nos piden blancos no muy aromáticos, secos y con cierto cuerpo, preferiblemente sin madera. Para estas fabes con almejas aconsejaría un verdejo joven de Rueda o un godello de Valdeorras.
5º Judión de la Granja.
Plato con contundencia por componentes como la pata de cerdo, la morcilla, el chorizo y la carne magra, necesita compañeros de mesa tintos con buena carga frutal, viva acidez y juventud a raudales. Los excelentes tintos de maceración carbónica que se elaboran en diferentes zonas de España “desengrasan” y aligeran estos judiones. Si se prefiere también se pueden acompañar con tintos gallegos de Rías Baixas no muy viejos, ya que su fragante acidez y nervio potencian esta receta. Eso sí, todos estos vinos servirlos a una temperatura que ronde los 12 grados.
6. Marmitako.
El marmitako marinero, receta estrella de la costa cantábrica, es el plato ideal en el que los blancos secos y los tintos muy ligeros encuentran la armonía adecuada. Los vinos de cosechero de la Rioja Alavesa, los blancos riojanos de viura, o los blancos elaborados con chardonnay de Somontano o Navarra también pueden acompañar sin complejos a esta receta.
7. Sopa de pescado.
Hay quienes -como yo- acompañan las sopas de pescado con manzanilla de Sanlúcar de Barrameda; otros prefieren la vía clásica de los blancos secos de las variedades macabeo, viura o verdejo. Cualquiera de estas opciones es placentera.
8. Pochas con codorniz.
Este tipo de «ollas» se entiende con vinos carnosos, frutales y no con mucha crianza en barrica. Garnachas o tempranillos de Rioja, La Mancha o Madrid hacen las delicias de estas legumbres con codorniz.
9. Patatas guisadas con cordero y setas.
Los vinos tintos de crianza o de media crianza son muy adecuados para estas patatas guisadas con cordero y setas. Buscaremos mencías del Bierzo, garnachas castellanas o tintas de baboso negro de la isla del Hierro.
10. Cremas calientes (de calabacín, o guisantes o champiñones…)
Estas cremas, por contraste de temperatura y por suavidad, buscan los finos no muy aromáticos de Montilla- Moriles, los macabeos catalanes o incluso un tinto joven y muy ligero de La Ribera del Guadiana.
¡Gran artículo! Para nosotros el Marmitako también es la receta estrella, sobre todo si lo maridamos con un buen tinto.
Un abrazo