Nuevo año, nuevos propósitos, ¿por qué no atreverte con vinos especiales? Más allá de la tradicional categoría de tintos, blancos y rosados, existe todo un universo de vinos especiales que son auténticas joyas de la enología, como los vinos dulces. Vinos con alto contenido en azúcar para paladares que buscan fragancias florales y frutales. ¿Has probado el Tokaj de Hungría?, ¿y el vino de hielo?, ¿tampoco un Pedro Ximénez? Si todavía no los has probado, tienes tareas pendientes.

El tokay es para muchos el mejor vino dulce del mundo; elaborado en la región húngara de Tokaj con uvas que han desarrollado botrytis, hongo que produce la desecación del grano. Después, una compleja elaboración que incluye una larga crianza en barricas.
Con un glorioso pasado, el tokay fue durante siglos el gran vino de postre de las Cortes europeas. Tras una etapa de decadencia, Vega Sicilia le ha devuelto su antiguo esplendor en su bodega Oremus. Te recomendamos Oremus Tokay 3 Puttonyos. Una aclaración: los ‘puttonyos' hacen referencia a la cantidad de uva con botrytis que se añade a la barrica de vino blanco convencional. Cuantos más puttonyos, más dulce será el vino.

¿Y qué hay de los vinos de hielo? Hablamos de vinos dulces que se obtienen de uvas vendimiadas una vez que se han helado en las cepas. Fundamentalmente se elaboran en Canadá, donde reciben el nombre de icewine, y en Austria y Alemania, donde se denominan Eiswein. Es en estos países donde se dan las condiciones climáticas necesarias para producirlos: veranos cálidos e inviernos tan fríos que provocan que los racimos se congelen en el viñedo. Así, la vendimia de las uvas no se realiza entre agosto y octubre, como es habitual en el hemisferio norte, sino en diciembre o enero. En octubre, los viticultores dejan viñedo escogido sin vendimiar, y los racimos que más tarde se convertirán en este preciado elixir permanecen en las cepas realizando una maduración excesiva (lo que se denomina una vendimia tardía). Durante este periodo las uvas se van deshidratando poco a poco debido a las condiciones climáticas, aumentando la concentración de sabores, los aromas, azúcares y ácidos del fruto.

Entre los vinos dulces naturales españoles son famosos los Pedro Ximénez y moscateles. El Pedro Ximénez es una de las joyas de la enología mundial. Se elabora en las denominaciones de Jerez y Montilla-Moriles, con las uvas del mismo nombre. Para conseguir que el vino tenga altos niveles de azúcar, se vendimia cuando las uvas están sobremaduras; y después, los racimos se someten al proceso tradicional del «soleo», que consiste en depositarlos en grandes esteras expuestas al sol, hasta lograr una intensa pasificación del fruto. El resultado es un vino dulce obligatorio en nuestro fondo de bodega. Te recomendamos Pedro Ximénez 1927, de Bodegas Alvear.

Navarra es una de las cunas de los moscateles de vendimia tardía, tesoros enológicos irrepetibles que cuentan con un glorioso pasado y que han resurgido con fuerza captando el interés de crítica y público. Chivite Colección 125 Vendimia Tardía 2008 y Ochoa Moscatel Vendimia Tardía 2012 son dos magníficos ejemplos, concebidos con racimos de moscatel que se dejan en la cepa hasta que sobremaduran. Vinos con una gran personalidad, en los que dulzor y acidez conviviendo en perfecta armonía.

¡Atrévete con los vinos dulces!