Ribadesella (Asturias)

Prehistórica, marinera, indiana. Amigable, cálida, amena, amante del arte y la tertulia, del paseo, del deporte y de la naturaleza. Emblema de la buena mesa. Es la histórica villa de Ribadesella/Ribeseya. Ubicada en la costa del Oriente de Asturias, es una de las puertas de los Picos de Europa. Así es como uno se dirige al hotel Villa Rosario.

Llegamos al Hotel. Una vez ahí, ya nos percamos de su singularidad. A la orilla de la playa de Santa Marina en Ribadesella se encuentra una joya de la arquitectura indiana: el hotel Villa Rosario. El ascensor se abre, el final de la alfombra roja que nos abre paso a nuestra habitación. Una llave electrónica abre la puerta del lugar en donde podremos admirar tanto unas espectaculares vistas como tener un formidable descanso. Buscamos una experiencia 360 única basada en el producto, en la materia prima local y, por supuesto, en el servicio. El restaurante Ayalga nos ofrece esta experiencia.

Nada como relajarse en la terraza de nuestra habitación. Desde aquí podremos contemplar espectaculares atardeceres y puestas del sol frente al mar, o tomarnos un café delicioso de nuestra nespresso, disfrutar del paisaje o tomar el sol. A pie de arena descubrimos que la playa de Santa Marina no es un playa más, sino un espacio de un kilómetro y medio de longitud donde se conjuga patrimonio, historia, turismo, sociedad y ecología. A menos de 10 minutos andando tenemos El Barrio del Portiellu es la antigua entrada de la villa, así que es un buen lugar para iniciar una ruta de interés arquitectónico e histórico. Una vez en su habitación, descubrirá que nuestras habitaciones no son las de un hotel normal. En Villa Rosario, todas las habitaciones están amuebladas con elegancia, gusto y exquisitez en cada detalle y equipadas con todas las comodidades. Lujo y confort a orillas del mar.

Después de desayunar aquí, tenemos la sensación de comenzar el día de la mejor manera posible. Una estancia en el Hotel Villa Rosario es un regalo para los sentidos. Y todo buen regalo tiene que venir envuelto de lujo para que sea perfecto. Degustar estas delicias de la tierra es sin duda el lazo perfecto para una estancia que sólo se puede definir como un espectáculo para los todos los sentidos.