Una gran eclosión de bodegas vino a ensanchar el panorama de Ribera del Duero en la década de los noventa. Entre ellas, Bodegas Montebaco (nuestra bodega del Mes), el proyecto de la familia Esteban Martín. Más de dos décadas después de su fundación, Montebaco demuestra que llegó para quedarse e impulsar el prestigio de la Ribera del Duero. Todo comenzó a principios de los ochenta, cuando el industrial vallisoletano Manuel Esteban Casado decide vincularse al mundo vinícola y, junto a su mujer, Mª Ángeles Martín de la Rosa, adquiere la finca Monte Alto, hasta entonces dedicada a labores agrícolas y ganaderas.

Que fuera la finca Monte Alto el lugar elegido para desarrollar su proyecto vitivinícola sólo demuestra la acertada visión de futuro de Manuel Esteban. Y es que esta propiedad, de 150 hectáreas, se erige entre los dos municipios más famosos de Ribera del Duero: Valbuena de Duero y Pesquera de Duero (Valladolid), en la considerada “milla de oro” del viñedo ribereño, tierra de grandes vinos. Además, una característica la diferencia del resto: la finca se encuentra nada menos que a 900 m de altitud, beneficiándose de unas condiciones climáticas peculiares y de unos suelos y orografía ideales para el cultivo del viñedo.

En 1987 Manuel realizó la primera plantación de viñedo en la finca Monte Alto: 20 hectáreas; y, tras la rehabilitación del edificio existente para convertirlo en una moderna bodega, en 1994 ven la luz los primeros vinos de Montebaco. La buena acogida de las primeras añadas hacía presagiar un gran futuro a esta bodega; sin embargo, el fallecimiento de Manuel Esteban en 1998 hizo que algunos cuestionaron su porvenir. Afortunadamente, el camino de esta bodega se sigue escribiendo en las páginas de la mejor Ribera del Duero: hoy es Manuel Esteban Martín, hijo del fundador, quien dirige con acierto el timón de la firma.

Manuel Esteban Martín se incorporó a la bodega familiar en 2005, adquiriendo paulatinamente mayores responsabilidades hasta convertirse en su actual Director. Sobre el origen de su idilio con el mundo del vino nos cuenta: “Desde muy pequeño, pasaba varios meses al año en la finca Monte Alto. Poco a poco y sin darme cuenta, fue creciendo en mí el amor por el campo, la agricultura y la viña. La cultura del vino siempre estuvo presente en casa, fue mi padre quien empezó a contarme las diferencias entre un vino joven y un vino con crianza, las características de las variedades de uva, etc.”.

Manuel Esteban ha formado un tándem perfecto con César Muñoz, uno de los enólogos más reputados de la Ribera del Duero, a cargo de los elaborados de Montebaco desde finales de los noventa. “Lo que buscamos es que nuestros vinos expresen de donde vienen: de viñedos cultivados a 900 m de altitud sobre suelos calizos que aportan una personalidad definida. Elaboramos vinos con personalidad en los que fruta y madera se ensamblan de manera admirable”, explica Manuel Esteban. “Para hacer buenos vinos lo primordial es la uva; como siempre se dice, con buena uva se pueden hacer buenos vinos. Además, contamos con un gran equipo encabezado por nuestro enólogo César”, remata.

La buena marcha de la bodega es un hecho. Actualmente, elaboran en torno a 200.000 botellas anuales, y un 25% de la producción total viaja fuera de nuestro país: a EE.UU., China, Bélgica, Suiza, Dinamarca, México… Pero en Montebaco nada se detiene. Quieren aumentar el espacio destinado a la crianza de sus vinos; por eso, para 2016 tienen prevista la ampliación de la bodega. Sin duda, Montebaco es una firma a la que merece la pena seguir de cerca. Ahí estaremos.