Las edades del vino: ¿la crianza es garantía de calidad?

El vino es uno de los alimentos en los que el tiempo ejerce más influencia. El mismo líquido puede ser consumido como mero zumo de uva (mosto); pero si el mosto fermenta, aparece el y se transforma en una bebida compleja con multitud de matices: en vino. Dependiendo de si tiene crianza en barricas de roble y en botella y del tiempo que se prolongue esta crianza, tendremos un tipo de vino u otro.

La crianza aporta complejidad y longevidad al vino, y en este sentido juega a su favor.

Pero ¿podemos decir que cuanta más crianza en barrica y en botella tenga un vino mejor será? La respuesta es no. Es falso, por ejemplo, decir que un siempre es mejor que un Reserva, y que un Reserva es siempre mejor que un Crianza.

Todo surge de los reglamentos que intentan salvaguardar la calidad del vino. En un primer momento se pensó que la mejor manera de garantizar la calidad del vino era reglamentar gran parte del proceso. Se afanaron en medir y cuantificar los periodos de crianza en barrica y en botella de manera fija para que un vino pudiera lucir la categoría de Crianza, Reserva o Gran Reserva. Así, por ejemplo, la reglamentación de una denominación de origen estipula que un Reserva debe tener 12 meses de crianza en barrica. ¿Pero qué ocurre con esto? Que se aplican criterios fijos a algo tan cambiante como las cosechas y las vendimias.

Por ello, decimos que un vino con más crianza no es necesariamente mejor que otro con menos. Puede ocurrir que haya un vino con poca estructura en una cosecha difícil y adversa que requiera sólo un periodo de 8 meses en barrica para alcanzar la plenitud; y al año siguiente, que el mismo viñedo ofrezca una cosecha excepcional con un vino que aguante 20 meses en barrica.

Los criterios que basan la calidad en periodos de crianza fijos pertenecen a un pasado donde el mercado tenía una necesidad de regulación para afianzar los estándares del vino. Hoy día, la expresión del viñedo y del terruño son básicos en el concepto del vino, por lo que los tiempos se adaptan para potenciar esas cualidades. Existen las categorías clásicas reglamentadas (Crianza, Reserva y Gran Reserva), aunque las bodegas siempre pueden jugar con un margen para otorgar la crianza más adecuada en cada caso. Y también existen aquellas bodegas que ofrecen vinos con crianza comercializados al margen de estas categorías, sin calificativos, sirviéndose de mayor libertad. Diferentes posibilidades que conviven en el maravilloso mundo del vino.

Cinco tintos con diferentes tiempos de crianza en barrica

Emina Tinto Fino Roble 2012. B. Emina. D.O. Ribera del Duero. 6 meses en barrica. 

Juan Gil Cepas Viejas Crianza 2013. B. Juan Gil. D.O. Jumilla. 9 meses en barrica.

Gran Coronas Reserva 2011. B. Torres. D.O. Penedès. 12 meses en barrica.

Glorioso Gran Reserva 2006. B. Palacio. D.O.Ca. Rioja. 24 meses en barrica.

Mauro 12. B. Mauro. V.T. Castilla y León. 16 meses en barrica (Comercializado sin calificativo de crianza).

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