¿Cómo se trabaja la viña? El ciclo de la vid y labores vitícolas

De origen milenario, la es una de las plantas más duras y sufridas del mundo, capaz de vivir allí donde pocas plantas serían capaces de hacerlo, de raíces largas que penetran en la tierra buscando con tesón la escasa agua que precisa, de fuerte tronco y abundante follaje. Florece en primavera y fructifica a finales del verano y principios del otoño, para brindar uvas en su momento óptimo de maduración en los meses de septiembre y octubre. Una cepa puede llegar a vivir más de un siglo. A partir de los 30-40 años de antigüedad su rendimiento se reduce notablemente, pero precisamente cuanto mayor sea la edad de la planta mayor es su valor para la vinicultura de calidad, pues son las viñas viejas las que otorgan uvas más concentradas.

Repasamos las principales labores en campo que realizan las bodegas seriamente comprometidas con la calidad. Labores manuales y costosas que buscan reducir los rendimientos para conseguir la mejor uva posible, además de favorecer la sanidad de la planta y la maduración.

El y labores vitícolas

INVIERNO. A principios del invierno la vid entra en letargo, con sus sarmientos secos y leñosos. En enero/febrero llega el momento de la poda en seco: se comienza a dar forma y adecuar la planta a la producción de uva que se desea.

PRIMAVERA. En primavera comienza la brotación: la planta se llena de yemas que se convertirán en ramas y hojas. Es el momento de quedarse sólo con los brotes elegidos, para ello se realiza la poda en verde: una meticulosa labor de selección que consiste en eliminar todos aquellos brotes que puedan perjudicar el equilibrio y la calidad final de los racimos. Es un trabajo laborioso realizado por personal cualificado y puede extenderse durante uno o dos meses, pero necesario si se aspira a conseguir una cosecha de calidad.

En una primera poda en verde se suelen eliminar los brotes improductivos, de este modo se reduce el vigor de la planta para que centre su potencial en los pámpanos más fértiles. Además, como la poda en verde supone eliminar vegetación de la plantas, favorece la sanidad, la aireación e insolación; y en consecuencia, la óptima maduración de los racimos. Tras la primera poda en verde, pueden realizarse varios repasos más que incluyen los despampanados: eliminación de nuevas brotaciones en pámpanos ya fértiles para descargar la viña y permitir una mayor insolación y mejor maduración y sanidad.

VERANO. A finales julio/principios de agosto, depende de la variedad de uva y de la zona de cultivo, la uva comienza a enverar. Durante el envero, las uvas tintas comienzan a teñirse de su color oscuro. Es el momento en el que la uva cambia de color a la vez que engorda y adquiere elasticidad. A partir de este momento comienza la maduración del fruto, acumulando azúcar y perdiendo acidez. Coincidiendo con el envero se realiza la meticulosa labor del aclareo de racimos, consistente en eliminar los racimos que el viticultor considera que no alcanzarán la maduración óptima.

OTOÑO. Terminado este trabajo, las viñas quedan listas para el momento más esperado del año: la vendimia.

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