¿Cuáles son las variedades de uva española más relevantes?
Las variedades de uva españolas que por cantidad mandan en nuestros viñedos son la tinta tempranillo y la blanca airén. Esto en cuanto a ocupación de territorio, lo que no significa después que sean principales en los vinos. Es el caso de la airén, uva de origen castellano-manchego no muy extendida en lo que a elaboración se refiere.
Con datos oficiales en la mano, de los más recientes publicados por el Ministerio de Agricultura, más de la mitad de las variedades de uvas plantadas en España son tintas destacando entre ellas la tempranillo, que representa un 21% de la superficie total del viñedo español. Tras ella, las uvas más relevantes en cuanto a tintas son, por orden de importancia: garnacha tinta, bobal y garnacha tintorera. Seguidas ya con cierta distancia estarían la monastrell y dos francesas: cabernet sauvignon y merlot.
Después, entre las variedades blancas que ocupan más territorio se impone la airén, y es que no podemos olvidar que Castilla-La Mancha tiene el mayor viñedo del mundo. En total, representa también el 21% de la superficie total del viñedo existente en nuestro país, lo que supone el 46% de la superficie total de uva blanca plantada en España. Tras la manchega, por cantidad de hectáreas le siguen la macabeo, la verdejo, la partina y la cayetana blanca. Entre las cinco representan más del 70% de las viñas de uvas blancas de la superficie nacional.
Variedades de uvas españolas más destacadas
Una cosa es la relevancia de las variedades de uva por lo que representan en el total del viñedo español, y otra bien distinta es su importancia en lo que respecta a la elaboración de vinos. En este sentido, la tempranillo sigue marcando la pauta en cuanto a vinos tintos porque es una variedad muy extendida por todo el territorio.
En el caso de las variedades de uva españolas blancas es determinante la procedencia de los vinos. Es decir, en función de la zona de la que se hable es más importante una uva blanca que otra. En este sentido, se imponen la verdejo y la albariño por la cantidad de vinos que protagonizan. Luego, está la viura que identifica a los blancos riojanos, o la palomino, variedad autóctona del sur español. De entre las foráneas, la sauvignon blanc, compartiendo relevancia, por ejemplo, con la verdejo en Rueda; y la chardonnay, que protagoniza algunos de los vinos blancos más destacados del panorama nacional.
Y es que la diversidad geográfica que nos identifica, variedad climática incluida, lleva aparejada una amplia gama de variedades de uva. Lógicamente, no todas se adaptan (ni comportan) de igual manera en todos los lugares. Por tanto, es el territorio el que determinada la relevancia de las variedades. Basta con revisar los reglamentos de los Consejos Reguladores de cualquier Denominación de Origen para comprobar cuáles son principales en cada territorio.
Uvas españolas de moda
Volviendo a los datos oficiales, parece que en los últimos años se observa un leve crecimiento de las variedades blancas en el viñedo español. La explicación es sencilla: el consumo de vinos blancos va en aumento. Y con ello ha crecido el interés por elaboraciones procedentes de zonas identificadas con los blancos: Rías Baixas y Rueda, principalmente. Por esta razón, cada vez son más los territorios que están dando relevancia a las uvas blancas y aumentando sus plantaciones. Eso sí, no de cualquier variedad blanca, pues en el caso de la airén sus hectáreas han ido decreciendo, a pesar de que sigue siendo la que más extensión ocupa en la viña española.
En cuanto a las variedades tintas españolas, los vinos de garnacha están de moda y por eso el viñedo de esta uva no para de aumentar. La garnacha se extiende en zonas tradicionales (Priorat, Calatayud, Campo de Borja, Navarra), y en otras que la están empezando a elaborar.
En definitiva, con más de 10.000 variedades de uvas registradas en el planeta, el mosaico varietal disponible es inabarcable, pero las españolas tempranillo y airén se cuentan entre las trece con más superficie de viñedo en el mundo, como bien recuerda La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
De tal uva, tal vino
Aquí te recomendamos algunos vinos varietales creados con las uvas mencionadas más destacadas. ¡Que los disfrutes!
Tempranillo.
Desde la Ribera del Duero, un monovarietal de tempranillo de la bodega burgalesa Monteabellón. Procede de un viñedo en altura en Nava de Roa, ha permanecido 14 meses en barricas y el resultado es un tinto con gran vida por delante.
Airén.
Se trata de una original creación de airén llegada desde Jumilla. Se nutre de un viejo viñedo de casi 40 años, recuperado, y en su vinificación participan las pieles de la uva. Ha envejecido medio año en damajuana de cristal.
Albariño.
La bodega gallega que le da nombre, Bouza do Rei, fue pionera en la elaboración de albariño en el corazón del Salnés. Un blanco sutil procedente de un viñedo de albariño situado junto al mar, en colinas que no superan los cien metros de altitud.
Garnacha tinta.
GREGO GARNACHA CENTENARIA 2019
La madrileña bodega Vinos Jeromín es la artífice de una de las garnachas más relevantes de la zona. De cepas de más de 60 años, fermentado en hormigón y con seis meses en barricas de roble francés, resulta un vino aromático, complejo, con buena carga frutal junto a notas especiadas y ligeros tostados. Amplio, fresco y con equilibrio en boca.
