Vino rosé, los rosados provenzales
Los vinos rosados provenzales o vinos “rosé” vienen ganando protagonismo y haciendo las delicias de cada vez más consumidores desde hace años. Porque los rosados provenzales son tendencia, y así lo acredita la cantidad de bodegas españolas que ya tienen uno en su gama de vinos (tanto tranquilos como espumosos). Hablamos de un perfil de vinos originales de la Provenza francesa, pensados como aperitivo por la suavidad y la frescura que los identifica.
Era solo cuestión de tiempo que en España comenzaran a elaborarse rosados de estilo provenzal. En principio aparecieron de forma discreta en el mercado nacional. No hace demasiados años que un puñado de bodegas se arriesgaron y empezaron a elaborarlos viendo la penetración que tenían en el exterior dentro de un nicho de público muy preciado (y ansiado): los jóvenes y esos consumidores que, a priori, se mantenían alejados del vino.
Rebajar el color ha sido la clave del éxito de estos rosé, porque el imaginario colectivo los asocia a vinos fáciles de beber con poco grado. Y estos argumentos les ha facilitado ganarse la confianza del consumidor. Es verdad que hay provenzales que cumplen esta asociación de ideas, pero también hay elaboraciones rosé con riqueza aromática y gustativa. En la actualidad existen provenzales para gustos y públicos variopintos, es decir, que palidecer a la vista no tiene que presuponerles falta de entidad como vino: los hay con grado, estructura y recorrido.
La imagen rosé
Los vinos rosados provenzales son estupendos para esta época del año por la frescura y la carga frutal que los caracteriza. Se elaboran a partir de variedades tintas –como sucede con los rosados clásicos–, pero también en combinación con uvas blancas, incluso éstas en porcentajes mayoritarios, lo que parecía imposible hasta su aparición.
A primera vista se identifican por un color rosa pálido, al que deben su nombre (rosé). Una tonalidad que se mueve en una gama cromática que va desde ese pálido pasando por color salmón, papel cebolla, blanco roto e incluso translúcido, entre otros. A esa imagen le acompaña una nariz expresiva en la que destacan los aromas de fruta carnosa, de caramelo de fresa, con toques balsámicos en algunos casos, seguida de una viva acidez, fluidez y amabilidad en la boca.
Lo del color pálido se debe a que el mosto tiene un contacto menor con las pieles de las uvas durante la fermentación, por lo que le aportan menos color. Si es verdad que, en líneas generales, a los rosé no se les puede pedir gran complejidad ni corpulencia, esto no significa que no haya elaboraciones provenzales con volumen, untuosidad y buena persistencia.
Además se trata de unos vinos que desde esa palidez han contribuido al momento dulce que vive el rosado que todos conocemos, porque le ha ayudado a ganar presencia y protagonismo, tanto en las bodegas como en los mercados.
Nuestras sugerencias de vino rosé
He aquí una muestra de las bien diversas etiquetas de vino rosé que se pueden adquirir, y a precios competitivos.

Desde la famosa firma riojana Marqués de Cáceres, este rosé está elaborado a partir de cepas de garnacha de las zonas más altas de Cenicero (Rioja Alta) y de tempranillo cultivado en las zonas más frescas de Cenicero y de Rioja Alavesa. Un vino elegante, con rica expresión frutal y una boca sedosa donde resulta fresco y goloso.

Esta creación llega de la denominación Cigales, territorio de rosados por excelencia, y la firma la conocidísima casa que le da nombre, Protos, de origen ribereño. Se compone de un 64% de tempranillo al que acompañan garnacha, albillo, verdejo, viura y sauvignon blanc. Durante la crianza estuvo en torno a tres meses en contacto con sus lías. Un vino ligero, fino, con presencia de fruta roja y toques florales. Buena acidez junto a un paso sedoso y amable.

En su caso procede de la región del rosé por excelencia, Côtes de Provence, y se trata de uno de los rosados más vendidos en el país galo. La mezcla, uvas de cinsault, garnacha, rolle y syrah, esta última vinificada por el método de sangrado. Su artífice, Château Miraval, bodega propiedad del actor Brad Pitt junto a la familia Perrin, dueña de Château Beaucastel, en el Ródano. Un rosé refinado, sutil y elegante. Sobresaliente su frescura mineral y las notas cítricas, junto a su rapidez.

HABLA DE TI… ROSÉ 2023 Fruto de un coupage de garnacha tinta, cinsault -uva originaria de la región francesa de de Languedoc-Rosellón- y syrah, es la versión rosa del blanco Habla de Ti que acaban de sacar al mercado las extremeñas Bodegas Habla. Tras una crianza de cinco meses con sus lías el resultado es un vino aromático, con notas de frutillos rojos, cítricas y florales, a la que sigue una boca de viva frescura y paso sedoso.
