
Características generales

Información general
El magnífico tinto Bareta 2002 de Finca Allende aúna toda la tradición riojana. Un vino elaborado íntegramente con los frutos de Tempranillo que crecen en uno de los pagos más complejos de la Rioja Alta, la parcela Bareta. Un terroir que Miguel Ángel de Gregorio, el internacionalmente reconocido enólogo, conoce a la perfección. Y es que desde su bodega Finca Allende, con poco más de una década de vida, este técnico ya ha demostrado al mundo la bondad de alguno de los vinos de pago que elabora, como el aclamado Calvario. En esta ocasión, este manchego hijo adoptivo de La Rioja, les propone un vino nacido de una parcela de altos componentes arcillosos, ideal para el cultivo de la variedad Tempranillo que tan bien domina. Allí, de entre todo su viñedo viejo, el Club Vinoselección ha seleccionado las 24 mejores barricas que les podíamos ofrecer a los socios. Un vino que ha permanecido catorce meses alojado en barricas de roble francés nuevo de algunas de las tonelerías más reconocidas del mundo, como Saury y Demptos. Complejo y fragante, este tinto exhibe todo el sabor y la carnosidad que puede brindar la gran uva nacional. Una magnífica oportunidad de conocer el último vino de pago elaborado por uno de los grandes genios de vitivinicultura nacional.
Notas de cata
Precioso color rojo cereza picota muy madura con ribete granate intenso y capa alta.
En nariz se muestra muy complejo y fragante. Las primeras series aromáticas recuerdan a la mermelada de frutos rojos y negros (cerezas, casis y arándanos), a notas florales (violetas) y a recuerdos de pastelería (galletas recién horneadas). Con el paso del tiempo aparecen reminiscencias de la serie especiada con claros recuerdos de vainilla y canela, para cerrar el recorrido aromático con ecos de cedro tostado y un agradable recuerdo de cacao.
En boca es sabroso, carnoso y muy bien estructurado. Disfruta de un excelente equilibrio entre la acidez, el cuerpo y el alcohol junto con unos taninos rotundos, varietales y muy maduros, que le dotan de un paso aterciopelado pero no exento de expresión y volumen. Muy larga y elegante persistencia final marcada por notas de chocolate, ecos especiados y un agradable fondo ahumado.