Torres es una firma con tanta historia y tan activa que no es fácil condensar todo lo que significa en el mundo del vino en un artículo. Acaba de sobrepasar los 150 años de trayectoria, agrupa nueve bodegas en España y dos más fuera, tiene un equipo de 1.300 personas, 1.800 hectáreas de viñedo propio y exporta a más de 150 países. Pero su reputación es todavía más grande que sus dimensiones. Por mencionar un ejemplo, ha sido considerada en 2020 la marca de vinos europea más admirada del mundo según Drinks International (World's Most Admired Wine Brand), encabezando el ranking europeo en 10 ediciones seguidas, desde el 2010.

También es una de las pocas grandes bodegas de propiedad 100% familiar. Y esta condición, unida a su fama internacional, la han convertido en miembro de Primum Familiae Vini, asociación que integra doce de las familias centenarias elaboradoras de vino más prestigiosas de Europa, y fundadora de International Wineries for Climate Action, que impulsa la descarbonización del sector.

Investigación y compromiso medioambiental

Pionera desde sus orígenes en diferentes ámbitos, Familia Torres continúa identificándose con innovación. Su potente departamento de I+D, en el que invierte cada año un millón de euros, le lleva a liderar avances en calidad y en el cuidado del medioambiente. De hecho, una de sus prioridades es la lucha contra el cambio climático, y a este fin destina el 11% de sus beneficios anuales.

“Desde 2008 hemos invertido más de 15 millones de euros en adaptarnos y reducir nuestra huella de carbono”, señalan desde la bodega. “En 2008 decidimos intensificar las actuaciones medioambientales y pusimos en marcha el programa Torres & Earth. En 2019 alcanzamos el objetivo que nos habíamos fijado para 2020 de reducir en un 30% nuestras emisiones de CO2 por botella en todo su alcance, desde la viña al consumidor, con respecto al 2008. Y nuestro objetivo es llegar al 55% de reducción de emisiones en 2030 y convertirnos en una bodega de cero emisiones antes de 2050”.

Hoy día, Familia Torres está centrada en la elaboración de vinos de viñedos singulares y fincas históricas y en la recuperación de variedades ancestrales como solución al cambio climático. Un proyecto que la bodega inició en los años 80 y que la quinta generación, hoy al frente, está impulsando para recuperar variedades antiguas capaces de elaborar grandes vinos y de adaptarse al nuevo escenario climático

Del Penedès al mundo

La historia de los Torres como viticultores del Penedès se remonta al siglo XVI. El salto a la producción la darían tres siglos después. Jaime Torres Vendrell fue el impulsor de la bodega que en 1870 fundaron en Vilafranca del Penedès. Jaime había hecho fortuna emigrando a Cuba en el comercio marítimo y otras iniciativas empresariales, y al regresar a Cataluña se asoció con su hermano Miguel, viticultor, para comenzar una nueva era como productores.

Pocas firmas han trabajo tanto y tan bien la conquista de otros mercados más allá de nuestras fronteras. Hoy día Familia Torres exporta el 70% de su producción. Reino Unido es el principal destino de sus vinos, aunque estos también conquistan a consumidores de países como Japón y China. En España, Torres ha estado presente históricamente en las regiones catalanas del Penedès, Conca de Barberà, Priorat y Costers del Segre, y hace tiempo que también se ha instalado en las principales zonas vinícolas: Rioja, Ribera del Duero, Rueda y Rías Baixas. Además de contar con dos bodegas más en Chile y California.

Gran Coronas: historia de una marca emblemática de la familia

Nuestra Selección Mensual de febrero tiene como protagonista una edición exclusiva de una de las marcas históricas de la casa, y posiblemente su etiqueta más conocida: Gran Coronas. Coronas fue la primera marca que registró la bodega en 1907 y el vino con este nombre nació a principios de los años 40. Una década después, en los 50, los Torres crearon un tinto de calidad superior: Gran Coronas, que en sus orígenes era un ‘coupage' de tempranillo y monastrell.

Esta composición cambió a partir de los años 70, cuando se descartó la monastrell y se incorporó la cabernet sauvignon al ensamblaje (Torres fue precisamente pionera en nuestro país en introducir variedades francesas como la cabernet). Este coupage varietal (tempranillo+cabernet sauvignon) junto a una larga crianza en roble han dado como resultado uno de los grandes vinos de Familia Torres y un referente del cabernet sauvignon en España y en el mundo.