San Valentín: 4 consejos para acertar con el vino

¿Pensando en una cena romántica para celebrar San Valentín? Ya sea en tu casa o en el restaurante, tener unos mínimos conocimientos vinícolas te ayudará a que la velada sea un éxito. Aquí van 4 sencillos consejos.

1. En el amor como en la mesa, lo principal es una buena armonía. ¡Ojo con la combinación plato+vino!

Plato y vino deben formar tan buen tándem como vosotros. Ya has elegido a la pareja más adecuada, ahora elige el vino adecuado y ¡evita todo tipo de maridajes conflictivos! Te recordamos ciertas afinidades que no fallan. Los blancos jóvenes y frutales maridan especialmente con mariscos, aperitivos, quesos frescos, ahumados y pescados ligeros. Los blancos con más cuerpo, con crianza en roble, son idóneos para pescados en salsa, ‘foie' e incluso para carnes ligeras. Con embutido ibérico -y también con marisco- casan a la perfección finos y manzanillas. Los realzan el valor de los arroces, las pastas y carnes blancas y estofados. Los tintos jóvenes maridan con carnes blancas y rojas, aves, setas, quesos curados, y también con pescados azules. Los tintos con crianza, como Reservas, agradecen platos de caza, asados, aves de sabor pronunciado y con rellenos de fuerte sabor. Ten en cuenta que el cava y champán son vinos ‘todoterreno' que pueden acompañar una comida de principio a fin, ¡no los reduzcas al brindis final! Forman una buena alianza con ensaladas, escabeches, anchoas, embutidos, carnes blancas, aves asadas, mariscos, pescados en salsa, pastas con salsas marineras, una gran variedad de quesos, postres…

Si optamos por cocina asiática, como tailandesa o japonesa, mejor tirar por blanco. Y si elegimos la gastronomía mexicana, es recomendable un cava, champán, o un tinto joven, ligero y afrutado que armonice bien con platos de carne y salsas especiadas como enchiladas, quesadillas, mole, frijoles…

2. Te enamoraste de su interior, pero el exterior también puntúa. Cuida el ritual: el vino en la mesa

Para esta cita romántica seguro que cuidas tu apariencia externa con mimo. Del mismo modo, es importante cuidar la presentación de la botella en la mesa y su servicio. Mide la de la botella antes de servirlo y ten a mano una cubitera para enfriarlo ligeramente de ser necesario. Cuando un vino se introduce en agua, coloca sobre la cubitera un paño blanco que permita su servicio sin mojar la mesa, y envuelve la botella por la base cada vez que los saques de la cubitera.

Algunos vinos con larga crianza en botella agradecerán una apertura previa o una decantación apropiada en una jarra o decantador; así oxigenas el vino eliminando olores no deseados y eliminando sedimentos naturales (posos).

La elección de las copas es otro punto importante. Las más adecuadas son las redondeadas con abertura más estrecha, el tallo alto y, a ser posible, de cristal fino. Si vais a tomar más de un vino, cambia también las copas.

3. Si vas a un restaurante… ¡Que el vino no te ponga en un aprieto! 

Si el restaurante tiene sumiller, lo más sencillo es recurrir a él y pedirle que elija el vino en función del plato. En cualquier caso, no estará de más que le indiques algunas directrices básicas: si prefieres un vino estructurado o más ligero, si te gustan los vinos de una determinada zona, los vinos frutales o con más peso del roble, etc.

Una vez elegido, es normal que el sumiller te muestre la botella antes de servirte el vino: es para que compruebes que el vino y la añada se corresponden con lo que has pedido. También puede ofrecerte el corcho o dejarlo junto a tu plato por si quieres comprobar que está en buen estado. Y por último, te servirá una pequeña cantidad de vino y esperará a que lo pruebes para que le des el visto bueno: basta con que lo huelas y después lo lleves a la boca. Se trata de descartar que tiene defectos, como tapón en nariz (el temido olor a corcho), picado (avinagrado) en el paladar… Si el vino no tiene ningún defecto, es suficiente con decir: “Me parece bien”. Si no te importa reconocer que no eres un experto, también puedes pedirle al sumiller que realice una cata ¡Seguro que aprendes!

4. ¿Tu media naranja es tradicional, atrevida, romántica…? Dime con quién andas y te diré qué vino quiere.

Sea como sea tu pareja, siempre encontrarás el vino perfecto. Para los más románticos, sugerimos el champán Billecart-Salmon Brut Rosé, de una bodega que lleva dos siglos elaborando algunos de los mejores espumosos del mundo. Una referencia que es pura expresión del romanticismo gracias a las burbujas y el toque rosé. Para lo más tradicionales, Glorioso Gran Reserva 2008, un tinto complejo y elegante que representa una de las corrientes más clásicas de los vinos riojanos. Si os gusta probar cosas nuevas y saliros de lo establecido, elegid vinos de regiones alternativas, como Les Terrases 2015 (D.O.Ca. Priorat), un tinto diferente, fiel expresión del ‘terroir' del que procede.

¡Un brindis por el amor!

Quizás te pueda interesar

Repaso a los diferentes estilos de vino blanco de rioja

Vinos blancos de Rioja, un territorio natural

Consejos para armonizar hamburguesa y vino

Hamburguesa y vino: ¿pecado o acierto?

Descubre toda la información sobre Vinosfest 2024

Éxito de Vinofest 2024, el escaparate de la D.O. navarra

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sus datos serán tratados por VINOSELECCIÓN para gestionar su comentario o sugerencia. Podrá ejercer sus derechos de acceso, rectificación, supresión, oposición, limitación, portabilidad o revocar su consentimiento, enviando un correo a gdpr@vinoseleccion.com. Para más información sobre el tratamiento de sus datos, consulte nuestra política de privacidad . Al enviarnos su comentario usted consiente el tratamiento de sus datos personales.