K5 Sobre Lías 2020
Arguiñano firma un excepcional txakoli de guarda
El proyecto del chef Karlos Arguiñano promete muchas alegrías a tenor del excepcional resultado de este txakoli de guarda. En K5 Sobre Lías 2020 la uva autóctona hondarrabi zuri expresa su gran carácter y personalidad. Madurado 11 meses sobre sus lías, muestra una gran capacidad para evolucionar positivamente en botella.
Información general
Aires de innovación recorren la pequeña D.O. Getariako Txakolina. El txakoli de Getaria (Guipúzcoa) ya no es un vino de acidez desbocada y consumo rápido. Su calidad ha mejorado mucho, al tiempo que han aparecido nuevos estilos. Como muestra, K5 Sobre Lías 2020. Este vino blanco está elaborado con la uva autóctona hondarrabi zuri. Y tiene su origen en un viñedo propio de 15 hectáreas plantado en espaldera a 300 m de altitud, desde el que se divisa el mar Cantábrico.
Son viñas con rendimientos muy bajos, entre los 1,5 y los 2 kg por cepa, y que por tanto brindan uvas con muy buena concentración de aromas y sabores. El clima atlántico y la altitud de la finca, con grandes contrastes térmicos, propician maduraciones lentas, una buena aireación y la obtención de vinos con mayor frescura. Por otro lado, los suelos de tipo granítico con esquistos pizarrosos también dejan su huella con notas minerales que aportan elegancia al vino.
Selección manual de los racimos y entrada de la uva a bodega por gravedad. Maceración pre-fermentativa en frío y fermentación en tanque de acero inoxidable, con levaduras indígenas, exclusivamente de mosto flor. A continuación, este vino blanco permaneció madurando sobre lías un mínimo de 11 meses en depósitos de acero inoxidable.
Bodega K5, fundada en 2005, es un proyecto del chef Karlos Arguiñano y sus amigos que nace con la intención de elaborar un txakoli gastronómico, y que ahora recibe el impulso de una segunda generación de jóvenes mujeres. La bodega se ubica en el municipio de Aia, cerca de Zarautz (Guipúzcoa) y trababa solo con la variedad local Hondarrabi Zuri proveniente de sus propios viñedos: 15 hectáreas en Aia, que se extienden por un bello enclave de orografía accidentada, con diferentes orientaciones y exposiciones.
Uno de los principales objetivos de la bodega es conseguir una finca sostenible, respetando la fauna y flora del lugar. De hecho, dejan pastar a las ovejas entre las viñas para así ayudar a su mantenimiento, y conservan la cubierta vegetal. Mientras que las instalaciones bodegueras, diseñadas por los arquitectos Alonso & Balaguer, están perfectamente integradas en el paisaje. K5 apuesta en todos sus vinos por la crianza sobre lías, característica que les permite elaborar blancos complejos que evolucionan excepcionalmente en botella.
K5 Sobre Lías 2020 (D.O. Getariako Txakolina) es ideal con mariscos y foie, así como con un rodaballo a la plancha.
Opinión de sus Creadores
"Color brillante, limpio y cristalino, de intensidad media, con color amarillo verdoso pálido y destellos alimonados. En la fase olfativa, intensidad alta con notas de manzana reineta, claras notas minerales propias del terruño. Destacan las flores blancas como la manzanilla y los frutos cítricos como el pomelo y el limón, con un fondo de salazón que lo une al Cantábrico. Su gran volumen en boca lo convierte en un vino redondo y glicérico, pero sin perder el carácter fresco y atlántico de los txakolis. Su acidez lo hace un vino ideal para guardarlo y disfrutarlo con envejecimiento en botella. "
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Características generales

Información general
Aires de innovación recorren la pequeña D.O. Getariako Txakolina. El txakoli de Getaria (Guipúzcoa) ya no es un vino de acidez desbocada y consumo rápido. Su calidad ha mejorado mucho, al tiempo que han aparecido nuevos estilos. Como muestra, K5 Sobre Lías 2020. Este vino blanco está elaborado con la uva autóctona hondarrabi zuri. Y tiene su origen en un viñedo propio de 15 hectáreas plantado en espaldera a 300 m de altitud, desde el que se divisa el mar Cantábrico.
Son viñas con rendimientos muy bajos, entre los 1,5 y los 2 kg por cepa, y que por tanto brindan uvas con muy buena concentración de aromas y sabores. El clima atlántico y la altitud de la finca, con grandes contrastes térmicos, propician maduraciones lentas, una buena aireación y la obtención de vinos con mayor frescura. Por otro lado, los suelos de tipo granítico con esquistos pizarrosos también dejan su huella con notas minerales que aportan elegancia al vino.
Selección manual de los racimos y entrada de la uva a bodega por gravedad. Maceración pre-fermentativa en frío y fermentación en tanque de acero inoxidable, con levaduras indígenas, exclusivamente de mosto flor. A continuación, este vino blanco permaneció madurando sobre lías un mínimo de 11 meses en depósitos de acero inoxidable.
Bodega K5, fundada en 2005, es un proyecto del chef Karlos Arguiñano y sus amigos que nace con la intención de elaborar un txakoli gastronómico, y que ahora recibe el impulso de una segunda generación de jóvenes mujeres. La bodega se ubica en el municipio de Aia, cerca de Zarautz (Guipúzcoa) y trababa solo con la variedad local Hondarrabi Zuri proveniente de sus propios viñedos: 15 hectáreas en Aia, que se extienden por un bello enclave de orografía accidentada, con diferentes orientaciones y exposiciones.
Uno de los principales objetivos de la bodega es conseguir una finca sostenible, respetando la fauna y flora del lugar. De hecho, dejan pastar a las ovejas entre las viñas para así ayudar a su mantenimiento, y conservan la cubierta vegetal. Mientras que las instalaciones bodegueras, diseñadas por los arquitectos Alonso & Balaguer, están perfectamente integradas en el paisaje. K5 apuesta en todos sus vinos por la crianza sobre lías, característica que les permite elaborar blancos complejos que evolucionan excepcionalmente en botella.
K5 Sobre Lías 2020 (D.O. Getariako Txakolina) es ideal con mariscos y foie, así como con un rodaballo a la plancha.

Opinión de sus Creadores
"Color brillante, limpio y cristalino, de intensidad media, con color amarillo verdoso pálido y destellos alimonados. En la fase olfativa, intensidad alta con notas de manzana reineta, claras notas minerales propias del terruño. Destacan las flores blancas como la manzanilla y los frutos cítricos como el pomelo y el limón, con un fondo de salazón que lo une al Cantábrico. Su gran volumen en boca lo convierte en un vino redondo y glicérico, pero sin perder el carácter fresco y atlántico de los txakolis. Su acidez lo hace un vino ideal para guardarlo y disfrutarlo con envejecimiento en botella. "