Marqués de Murrieta Tinto Reserva 2009
Baluarte riojano
Uno de los valores más importantes del vino español, la histórica bodega Marqués de Murrieta, nos presenta su Marqués de Murrieta Reserva 2009.
Información general
Tras 131 años vinculada a la familia Murrieta, en 1983 Bodegas Marqués de Murrieta pasó a manos de Vicente Cebrián-Sagarriga, Conde de Creixell, quien además de continuar con el proyecto de Luciano consolidó la presencia de sus vinificados en el mercado global con un asombroso éxito en diversas catas internacionales, transmitiendo un estilo de rioja personal y de gran calidad.
En 1996, tras la repentina muerte de Vicente Cebrián, fueron sus hijos Vicente Dalmau, actual Conde de Creixell, y Cristina quienes se hicieron cargo de la bodega. Actualmente, Marqués de Murrieta cuenta con un equipo joven y dinámico que cuenta con la exitosa enóloga María Vargas que concibe sus elaboraciones basándolas en la tradición, pero aprovechando las técnicas y los equipamientos más vanguardistas.
Sus vinos nacen exclusivamente de la Finca Ygay. Establecida en pleno corazón de La Rioja, la hacienda, cultivada con 300 hectáreas de envidiables viñedos, puede considerarse como una de las más emblemáticas de nuestra de zona de producción más afamada. La composición del suelo se basa en tierras arcilloso-calcáreas y el viñedo está orientado hacia el sur y sureste, favoreciendo la calidad final de los frutos vendimiados, como los que han servido para confeccionar el Reserva que les presentamos, Marqués de Murrieta Reserva 2009, dotado de una larga crianza de 17 meses en barricas de roble americano y 24 meses más en botella.
Notas de cata
En la copa presenta un bonito color rojo cereza picota con ribete ligeramente teja, muy bien cubierto de capa.
La nariz se muestra elegante e intensa, con un conjunto aromático complejo en la que se entremezclan las notas de mermelada de frutos rojos y negros (grosella, mora y arándano) junto con toques de la serie especiada (pimienta y orégano) y agradables recuerdos minerales. Más tarde aparecen matices florales y, por último, un fondo de cacao y toques de vainilla, fruto de su magnífico paso por barrica.
La boca confirma su elegancia, mostrándose jugoso, expresivo, con un tanino noble bien fundido y una excelente acidez. Cierra con embriagadores recuerdos de bergamota.
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Características generales

Información general
Tras 131 años vinculada a la familia Murrieta, en 1983 Bodegas Marqués de Murrieta pasó a manos de Vicente Cebrián-Sagarriga, Conde de Creixell, quien además de continuar con el proyecto de Luciano consolidó la presencia de sus vinificados en el mercado global con un asombroso éxito en diversas catas internacionales, transmitiendo un estilo de rioja personal y de gran calidad.
En 1996, tras la repentina muerte de Vicente Cebrián, fueron sus hijos Vicente Dalmau, actual Conde de Creixell, y Cristina quienes se hicieron cargo de la bodega. Actualmente, Marqués de Murrieta cuenta con un equipo joven y dinámico que cuenta con la exitosa enóloga María Vargas que concibe sus elaboraciones basándolas en la tradición, pero aprovechando las técnicas y los equipamientos más vanguardistas.
Sus vinos nacen exclusivamente de la Finca Ygay. Establecida en pleno corazón de La Rioja, la hacienda, cultivada con 300 hectáreas de envidiables viñedos, puede considerarse como una de las más emblemáticas de nuestra de zona de producción más afamada. La composición del suelo se basa en tierras arcilloso-calcáreas y el viñedo está orientado hacia el sur y sureste, favoreciendo la calidad final de los frutos vendimiados, como los que han servido para confeccionar el Reserva que les presentamos, Marqués de Murrieta Reserva 2009, dotado de una larga crianza de 17 meses en barricas de roble americano y 24 meses más en botella.

Notas de cata
En la copa presenta un bonito color rojo cereza picota con ribete ligeramente teja, muy bien cubierto de capa.
La nariz se muestra elegante e intensa, con un conjunto aromático complejo en la que se entremezclan las notas de mermelada de frutos rojos y negros (grosella, mora y arándano) junto con toques de la serie especiada (pimienta y orégano) y agradables recuerdos minerales. Más tarde aparecen matices florales y, por último, un fondo de cacao y toques de vainilla, fruto de su magnífico paso por barrica.
La boca confirma su elegancia, mostrándose jugoso, expresivo, con un tanino noble bien fundido y una excelente acidez. Cierra con embriagadores recuerdos de bergamota.