Cómo maridar cocina tailandesa y vino, con Jesús Flores

La gastronomía tailandesa es una de las más apreciadas del mundo. Muy aromática y habitualmente picante, la comida thai tiene bastantes puntos en común con la cocina de otros países asiáticos como China e India, pero se caracteriza por la presencia de originales ingredientes como curry, leche de coco, cilantro, citronela, menta… Jesús Flores, enólogo, crítico de vinos y director del Aula Española del Vino, nos brinda sus mejores propuestas. Vamos a ver con este reputado enólogo (galardonado con el Nacional de Gastronomía) cómo se entienden algunos de los platos típicos de la cocina tailandesa con el vino. ¡Toma nota!

Pad Thai. El Pad Thai encuentra una buena compañía en un cava brut nature. En este plato, los fideos, el huevo, la salsa de tamarindo, los pimientos, las gambas y el pollo se impregnan, sobre todo, del aroma del cilantro. La fina efervescencia y la buena acidez y cuerpo de un cava brut nature potencia la multitud de sabores de la receta y al tiempo incrementa la fracción  «balsámica» del tamarindo, la soja y el cilantro.

Pato asado con arroz. Un sustancioso asado como éste congenia sin fisuras con un tinto del Bierzo con una media crianza. Este vino perfuma la salsa del pato. Por otro lado, la buena acidez de la mencía contrarresta parte de la grasa de esta clásica fórmula de la cocina oriental. Además, el tinto de mencía con leve crianza aporta a esta ave gratos aromas frutales de su varietal y notas especiadas de la madera.

Brochetas de ternera a la plancha. La receta es una buen reflejo de la típica cocina thai que se combina muy bien con el perfil balsámico y frutal de un cava gran reserva brut. La frescura, cremosidad y la fina y abundante burbuja de este tipo de espumoso penetran en la textura de las brochetas y matizan sus ingredientes.

Cerdo Satay. El sabor de este plato quiere el contrapunto de un tinto tipo Roble de la Ribera del Duero que soporte el gusto de la carne y, además, la sazone de frutas y fragancias. Un Ribera del Duero Roble (o con leve crianza) es lo que necesita esta receta para alcanzar su plenitud de sabores.

Noodles con salsa de soja y pollo. El plato pide la compañía de un chardonnay de la D.O. Somontano. El cuerpo y la buena acidez de este blanco respeta y potencia los noodles de pollo o cerdo. Además, las especias de este blanco se suman a las del plato provocando una grata explosión de sabores.

Pollo picante con arroz. Aquí buscaremos una combinación clásica: un buen gewürztraminer alsaciano o, incluso, español. El «picor» de las diferentes guindillas -que es el principal protagonista de esta sabia combinación-  pide a gritos la presencia de un blanco como éste, que mitiga las sensaciones picantes y, al tiempo, sublima con sus aromas y buena acidez esta cotidiana receta thai. No se pierdan esta experiencia ¡y a disfrutar!

Ensalada de gambas y arroz. Un buen amontillado, servido fresco de temperatura, es el mejor aliado de esta ensalada de gambas. La salinidad de este vino del sur, unida a su sabor a frutos secos, provoca una conjunción placentera que merece la pena experimentar.

Ternera con salsa y arroz. Momento para saborear un tinto clásico riojano de crianza: un vino especiado, frutal y carnoso que se acopla al sabor de esta carne por su equilibrio y afinidad con los ingredientes del plato.

Arroz con curry verde.  Los variadísimos ingredientes de la receta van como anillo al dedo con vinos jerezanos del porte de un oloroso no muy viejo. Su noble salinidad, firmeza de sabor y punzante aroma convierten a este vino en el mejor compañero de mesa de este plato. Ambos se funden procurando una amplia y placentera sinfonía de sabores y aromas.

Calamares fritos. Una buena ocasión para acompañar a estos calamares con un rosado navarro de la variedad garnacha. El sabor pronunciado del curry requiere de la fragancia y de la vibrante acidez de este varietal. Además, las notas florales de este vino incrementan el paladar de este tipo de fritura.

Fideos con curry y pollo. Una gran oportunidad para degustar un blanco de la variedad verdejo y de la D.O. Rueda. Este tipo de aves de corral o de granja requieren un blanco seco y de cierto cuerpo para reafirmar y refrescar esta fórmula ancestral.

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