Protocolo navideño: 10 claves para cuidar las buenas maneras en la mesa

¿Preparando la cena de Nochebuena? Si quieres cuidar hasta el último detalle la presentación de todos los manjares, te damos las claves para que quedes como un anfitrión 10; y además, consejos para cuidar las buenas maneras en estos eventos festivos en torno a la mesa.

Teniendo en cuenta que se trata de reuniones especiales y festivas, utiliza una vajilla de un material de calidad, como la porcelana, loza o cuarzo, y de un solo color para que el bocado luzca en el plato sin que nada le quite protagonismo. A la hora de componer la mesa, coloca el plato hondo siempre sobre el plato llano; y si además utilizas un bajoplato, el efecto será estupendo. La elección del mantel también es importante. Para no jugártela, mejor que sea de tejidos naturales y suficientemente grande para que cuelgue. En cuanto al color, los manteles que mejor lucen son los crudos, champán, grises, negros, burdeos… Evita los colores demasiado chillones. Las servilletas mejor que vayan a juego con el mantel. Dóblalas en forma triangular o rectangular y colócalas sobre los platos llanos. Recuerda: antes de empezar a comer, pon la servilleta sobre tus piernas sin abrirla del todo, y no bebas de las copas sin limpiarte antes.

Coloca los cubiertos según su orden de uso, es decir, los primeros cubiertos en usarse deben ser los más alejados del plato. A la derecha del plato dispón la cuchara, la pala de pescado y el cuchillo; y a la izquierda, el tenedor. No pongas más de tres cubiertos a cada lado del plato (si necesitas otras piezas, mejor sácalas al tiempo que saques los platos que van con esos cubiertos especiales). Entre las cucharas, está la cuchara sopera (la de mayor tamaño), la de postre (tamaño mediano) y la de café (que no suele ponerse en la mesa a priori). Los tenedores de mesa tienen 4 o 5 dientes; el de pescado es más plano y ancho; y el de ostras es grueso y con 3 dientes. Entre los cuchillos, distinguimos el de carne, con filo dentado; la pala de pescado, que es plana, ancha y sin filo; y el cuchillo de mantequilla, también sin filo. En cuanto a los cubiertos para el postre, sitúalos detrás del plato (entre el plato y las copas). Ten en cuenta estos consejitos de ‘buenas maneras': no agites los cubiertos cuando estés hablando, déjalos en el plato; y al terminar de comer, coloca el tenedor y el cuchillo juntos sobre el plato en forma diagonal: el tenedor con las púas hacia abajo y el cuchillo con el filo hacia dentro.

El platito del pan va a la izquierda del comensal. En cuanto a las copas, colócalas frente al comensal (de forma horizontal, media curva u oblicua por el lado derecho superior al plato) y en este orden de izquierda a derecha: la copa del agua (puedes sustituirla por un vaso), la copa de vino blanco (válida también para rosados) y la de tinto. Además, puede ir al final la copa de cava. Recuerda que cada tipo de vino va con un tipo de copa. La copa del agua es la de mayor tamaño, y la copa de vino blanco es más estrecha que la de por una razón evidente: los blancos se toman más frescos, y una copa más estrecha ayuda a retener mejor el frío. La copa de vinos espumosos es la más estilizada, tipo flauta.

Pasamos al capítulo del servicio de los platos. Si nos ponemos formales, lo más habitual es realizar un servicio “a la francesa”: el anfitrión ofrece la bandeja a los invitados para que cada uno se sirva. En cuanto al servicio de los vinos, cada botella ha de ser catada por el anfitrión, y a continuación, éste servirá el vino comenzando por su derecha y terminando por él mismo. Ten en cuenta a la hora de servir el vino que la copa no se llena hasta arriba: llénala aproximadamente 1/3 de su capacidad y no más de 2/3; salvo la copa de espumosos, que se llena 4/5 de su capacidad.

Para terminar, unos consejos para el momento del descorche del vino: cuando abras una botella, corta la cápsula por debajo del gollete y retírala limpiamente. Después, limpia con cuidado el borde de la botella para evitar el contacto del vino con la cápsula. Y si descorchas un espumoso (cava, champán…),  procura no mover la botella demasiado para evitar que aumente la presión del gas. Retira el envoltorio y el alambre que sujeta al corcho, y extrae el corcho girándolo despacio en un solo sentido y sin soltarlo de la mano para evitar que salga disparado al aire. Es importante que no gires la botella, sino el corcho; mientras con la otra mano sujetas el cuello de la botella.

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