Viñas Familia Gil, el valor de dar vida a los pequeños territorios
Detrás de Viñas familia gil se encuentra una saga con más de un siglo de trayectoria como productores de vino. Hoy, la sociedad está en manos de Miguel y Ángel Gil Vera, cuarta generación de la familia y precursores de la expansión del grupo a otras zonas de producción lejos de Jumilla, su tierra natal.
Este mes de abril, en nuestra selección de Obras Maestras presentamos el vino Alaya Tierra 2020, de la bodega que poseen en la D.O. Almansa, Bodegas Atalaya. Y coincidiendo con esta propuesta, aprovechamos para adentrarnos en la historia de este grupo de pequeñas bodegas y viñedos familiares, de distintos puntos de España, reunidos alrededor de una familia de Jumilla.
Una saga convencida de que cuidar y amar sus pequeñas tierras, no es nada pequeño. Como tampoco lo es el reconocimiento que están logrando con sus vinos, en todo el mundo. Este es el ejemplo de cómo una empresa familiar puede tener éxito en un sector tan competitivo como el del vino.
El sueño de toda una vida
No es tarea sencilla, ni de un solo día, preservar viñas familiares y esforzarse por sacar la máxima calidad a cada variedad de uva en su propio territorio, aportando al tiempo innovación y sostenibilidad. Esta es la labor de Viñas Familia Gil.
Se remonta cinco generaciones, hace más de 100 años, cuando Juan Gil vio nacer su primer vino en sus propios viñedos de Jumilla. Hoy, la familia ha extendido sus raíces hasta en 10 denominaciones y exporta a más de 50 países, sin dejar nunca de ser bodegas familiares. Guiada por el amor por cada una de sus tierras.
Viñedos y bodegas propios en cada territorio
El éxito de Viñas Familia Gil se debe en gran parte a su pasión por la calidad. Desde el principio, la bodega se ha centrado en seleccionar cuidadosamente las variedades de uva, utilizando las mejores técnicas de vinificación y las más respetuosas con el entorno.
Esta atención por los detalles les permite ofrecer vinos de gran complejidad y elegancia, reconocidos con numerosos premios a nivel nacional e internacional.
La tierra devuelve el cuidado que se le da
Pero la calidad no es el único valor de Viñas Familia Gil. La bodega también está comprometida con la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. Apuesta por la gestión eficiente del agua y el cultivo orgánico, sin fertilizantes ni pesticidas químicos, en todos sus viñedos. Y conduce a sus bodegas a ser sostenibles y autosuficientes 100%, con energía solar, incluso desconectándolas de la red eléctrica. Y también acercándolas al objetivo Residuos Cero, gracias al reaprovechamiento orgánico y producción de su propio humus.
Por todos estos esfuerzos, Viñas Familia Gil se ha convertido en la tercera bodega de España que ha logrado obtener la certificación WFCP+ (Wineries for Climate Protection). Se trata de un reconocimiento a su compromiso con la sostenibilidad en todas las etapas de producción, desde la gestión del viñedo hasta la elaboración y embotellado.
Invertir en tecnología y en la formación de las personas
Otro valor importante de Viñas Familia Gil es su compromiso con la innovación y la mejora continua. Este grupo de viñas familiares invierte constantemente en tecnología y en la formación de su equipo humano, para lograr vinos de gran calidad y adaptarse a las nuevas tendencias y demandas del mercado. También ha implementado soluciones digitales en aspectos como la gestión de viñedos, la elaboración de vinos, la venta y la distribución.
Viñas Familia Gil reúne bodegas y marcas como Clio, Juan Gil, Can Blau, El Nido, Tridente, Atalaya, Ateca, Shaya, Lagar da Condesa, Llicorella, Morca y Rosario Vera. Con cada marca, el grupo se esfuerza por ofrecer vinos que reflejen el carácter de cada pequeño territorio, de cada región y viñedo. Porque para esta familia, la tierra es el origen de todo.