Toda la información sobre la importancia de la forma de las botellas de vino

¿Conoces las diferentes formas de la botella de vino?

¿Te has parado alguna vez a pensar cómo influyen las formas de las botellas de vino cuando eliges uno? Lo creas o no, además de decidir si quieres blanco, tinto o rosado, tranquilo o espumoso, o con crianza, de una u otra procedencia  y otras cuestiones, cuando pides un vino también lo escoges por su continente.  

El origen y evolución 

Precisamente, el continente del vino suele ser una botella de vidrio, al menos desde el siglo XIII, momento en que los artesanos venecianos comenzaron a hacerlas con la técnica del soplado. Fue cuatro centurias más tarde, con el auge de los espumosos franceses, cuando surge la necesidad de mejorar estas botellas finas y redondeadas para hacerlas más resistentes a la presión del gas de este tipo de vinos. Se empiezan entonces a parecer a las botellas actuales, cuya fabricación industrial se remonta a la Inglaterra decimonónica. 

Hoy en día existen botellas de distintas formas, colores y tamaños y, si las analizas un poco, sus características te darán muchas pistas sobre lo que guardan en su interior. 

Elementos básicos de las botellas de vino 

Pero vayamos por partes, literalmente, porque lo primero que tenemos que saber es que todas las botellas, sean del tipo que sean, constan de: 

  • Boca: es la abertura circular por la que sale el vino de la botella. 
  • Gollete o anillo: situado entre la boca y el cuello de la botella, es el refuerzo de vidrio más grueso que sirve para soportar la presión del corcho, apoyar el sacacorchos y frenar las gotas al servir. 
  • Cuello: el canal que aloja el corcho y que puede ser más o menos largo según el tipo de botella. 
  • Hombros: unen el cuello y el cuerpo de la botella. Anatomía pura. 
  • Cuerpo: es la zona que contiene el vino, la más ancha, en la que se colocan las etiquetas. 
  • Pie, fondo, base o talón: es lo que conocemos coloquialmente como “culo” de la botella. Además de ser donde la botella apoya, le sirve de refuerzo. Su forma puede ser levemente curva o muy cóncava, en función del vino que contenga. La curvatura es más acusada en el caso de los espumosos, ya que tiene que contrarrestar la presión que ejerce el carbónico. Además, esa forma hace que los materiales sólidos que precipitan cuando un vino envejece se queden en la corona circular exterior.  

Tipos de botellas de vino según su forma  

Pero, a pesar de que tengan las mismas partes, no todas las botellas son iguales. Variaciones en la inclinación de los hombros, la longitud del cuello, la anchura del cuerpo, el tamaño o el color dan lugar a distintos modelos. Veamos cuáles son los más comunes: 

  • Bordelesa: como se deduce de su nombre, es originaria de Burdeos, pero se utiliza en el mundo entero. De hecho, es la más común. Se caracteriza por su forma cilíndrica, hombros poco inclinados y cuello corto.  
  • Borgoñesa: procedente de la región francesa de La Borgoña, es el tipo más antiguo registrado desde que empezaron a producirse botellas de manera industrial. Sus hombros son inclinados, el cuello largo y el cuerpo más ancho que la bordelesa. 
  • Rhin, alsaciana o renana: muy alargada, estrecha y estilizada, esta botella procede de Alemania y se usa sobre todo para y rosados. 
  • Jerezana: este diseño español es el que se usa para los vinos generosos andaluces, aunque también podemos encontrarla en los oportos. Es similar a la bordelesa, pero su cuello es más estrecho por arriba que por abajo y suele llevar un refuerzo de vidrio más espeso en todo el perímetro de la base.  
  • Botella de champán: similar a la botella borgoña, pero con paredes mucho más gruesas para poder resistir la presión de los vinos espumosos. Su base tiene una oquedad cónica muy pronunciada, llamada “picada”, ideada con el mismo fin. 

Además de estas, las más comunes, encontramos infinidad de botellas “raras”. Para vinos dulces, se utiliza una suerte de bordelesa adelgazada; en el caso de los chianti, una abombada y encastrada en una cesta; para los tokaji, una botella pequeña, achatada y con cuello largo; y en la zona alemana de Franconia se usa la botella Bocksbeutel o Cantil, de forma redonda y aplanada como una cantimplora. 

Tipos de botellas de vino según su tamaño  

Además de clasificar los tipos de botella por su forma, también podemos hacerlo por su tamaño, que puede ser desde el justo para una copa hasta de proporciones descomunales. Según muchos expertos, cuanto mayor es la botella, menor es la proporción de aire con respecto al contenido líquido y esto hace que el vino evolucione más lentamente; es decir, que se conserve mejor. 

Estos son los nombres que reciben las distintas botellas según su tamaño: 

  • Cuarto de botella, piccolo o split (187'5 ml): en el caso de los espumosos, se llama benjamín. 
  • Media botella (375 ml) 
  • Botella de medio (500 ml) 
  • Clavelín (620 ml) 
  • Botella estándar (750 ml) 
  • Mágnum (1,5 litros) 
  • Doble Mágnum (3 litros) 
  • Jeroboam (4,5 litros). Importante: el Jeroboam de Champagne o Borgoña contiene 3 litros; es decir, equivaldría a un doble mágnum bordelés. 
  • Imperial (6 litros), originario de Burdeos. En Champagne, su equivalente de 6 litros o, en ocasiones, 6'4 litros, se llama Matusalem. 
  • Salmanazar (9 litros) 
  • Baltasar (entre 12 y 12,8 litros) 
  • Nabucodonosor (15 o 16 litros) 
  • Salomón o Melchor (18 litros) 
  • Sovereign (25 litros) 
  • Primat (27 litros) 
  • Melquisedec (30 litros)

Tipos de botellas de vino según su color  

El vidrio de las botellas de vino puede ser de distintos colores. Habitualmente, se utilizan botellas transparentes o verdes para vinos blancos, rosados y tintos jóvenes. En cambio, las botellas de color ámbar o incluso negras se suelen emplear para vinos que envejecerán en botella, a fin de impedir el paso de la luz y favorecer las condiciones de guarda. 

A la hora de elegir un vino, no olvidemos que la botella nos da siempre una valiosa información. Su forma, color y tamaño dicen mucho de su contenido. “Escúchala” atentamente antes de decidirte. 

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