Entrevista a Andrew Halliwell, enólogo de Bodegas Obalo
“La capacidad de envejecimiento de los riojas clásicos es insuperable”
Andrew Halliwell (1970, Manchester, Reino Unido) se formó como Ingeniero de Sistemas en la Universidad de Oxford, pero su pasión por el vino le llevó a estudiar enología en la Universidad de Adelaida, Australia. Después inició un periplo por diferentes países para conocer sus viñedos. En total, 23 vendimias en Australia, México, La India, Chile, Canadá y, sobre todo, España. En nuestro país ha pasado por bodegas –pequeñas y grandes- de ocho denominaciones de origen: Somontano, Toro, Costers del Segre, Cava, Rioja, Navarra, Geteriako Txakolina y Terra Alta.
Su experiencia incluye algunas firmas tan conocidas como Viñas del Vero, Pernod Ricard, Casa Madero, Raimat, Bodegas Bilbaínas y Mission Hill. La última y actual etapa le ha llevado a dirigir por primera vez una bodega como enólogo gerente. Se trata de Bodegas Obalo, firma riojana del grupo Terraselecta, donde Halliwell tiene como objetivo avanzar en un estilo de vinos más fresco y frutal.
VS. ¿Cómo recibió la llamada de Bodegas Obalo y por qué decidió subirse a este tren?
Estaba trabajando en Terra Alta en una bodega muy pequeña a tiempo parcial. A través de un contacto recibí la llamada de Bodegas Obalo, y me pareció una propuesta fantástica que no podía rechazar. Primero porque Rioja es la región más emblemática, además me encanta el norte; y después porque esta bodega tiene detrás un grupo muy potente: Terraselecta.
También me gusta que sea una bodega de producción moderada, 200-300 mil botellas, porque esto me permite tener un mayor control sobre todo el proceso, y conocer los detalles sin la necesidad de mirar la hoja de cálculo.
VS. ¿Conoce otras zonas donde los vinos tengan una capacidad de guarda tan extraordinaria como en Rioja?
Los rioja clásicos, como Murrieta, son insuperables. Pueden evolucionar bien durante treinta años o más.
He conocido otras zonas de vinos con gran capacidad de envejecimiento, como el valle de Barossa en Australia, sobre todo por su syrah. Aquí, se elaboraban vinos en los años ochenta con un recorrido de tres décadas. Pero ahora, en este nuevo contexto que prima la fruta, los vinos del valle de Barossa tienen menor longevidad, en torno a los diez-quince años.
VS. ¿Cuál es su opinión sobre la uva tempranillo?
Antes de llegar a Bodegas Obalo ya había trabajado con la tempranillo y también con la tinta de Toro, que entiendo que es la misma variedad pero adaptada a Toro. Donde nos encontramos, en Ábalos (la Rioja Alta), la tempranillo alcanza una magnífica expresión. No es una zona fría pero tampoco cálida, tiene una altitud moderada de 600 m, y la Sierra Cantabria condiciona el clima. En verano ves sobre ella una capa de nubes, entra aire del norte y refresca todo. Y esas noches frescas de verano son buenas para la tempranillo, para la conservación de la acidez. Además, tenemos muchas horas de sol. Por tanto, aquí lo tiene todo: suficiente calor, suficiente frescura y también suficiente lluvia, no necesitamos riego.
En la D.O. Toro es diferente, el clima es continental y más cálido, y esto se traduce en vinos más potentes. En Cataluña las noches cálidas no son buenas para esta uva. En la Rioja Alta conseguimos fruta, buenos taninos y buenos índices de acidez. Eso sí, hay que controlar los rendimientos para que la personalidad de la tempranillo no se diluya.
En cualquier caso, le va bien el complemento de otras variedades. Además de tempranillo, en Obalo tenemos garnacha, mazuelo y graciano, y estas uvas le aportan interés y longitud. Nuestro Gran Reserva incorpora un toque de graciano, y el vino gana así potencia y frescura. Esto no quiere decir que la tempranillo elaborada en solitario no otorgue buenos vinos, pero debe ser un tempranillo bien equilibrado.
VS. ¿Vamos a ver un cambio de estilo en los vinos de la bodega en los próximos años?
El anterior enólogo, Juan Carlos Martínez, realizó un gran trabajo. Su estilo era el de unos vinos potentes y complejos, con la barrica bien integrada. Mi reto es hacerlos más frescos, con mayor carácter frutal y menor presencia de la barrica. También reducir ligeramente la graduación alcohólica. Pero vamos poco a poco, sin cambios bruscos.
Durante unos cinco años se podrá apreciar un cambio en el estilo de nuestro Crianza (La Encina) y nuestro Reserva (Las Arenas). Serán vinos igual de buenos, pero un poco más frescos y frutales. Además, estamos explorando otras opciones para lanzar al mercado un vino de municipio.
VS. ¿Un buen vino lo hace el enólogo o la viña?
En este tema estoy un poco a contracorriente. No estoy de acuerdo con la sentencia de que el vino se hace en la viña. El enólogo es importante, si no, sería solo uva. El vino no se hace solo. Resulta de un trabajo complejo en el que hay que tomar muchas decisiones. Yo compro gran cantidad de uva y tengo que decidir de qué viñedos, de qué procedencia y edad, a qué temperatura voy a fermentar, qué barricas usar, si empleo o no hormigón, etc.
Es evidente que necesitamos buenas uvas, pero en el resultado final diría que influye un 50% la materia prima y un 50% el enólogo o enóloga. Y en este punto quiero hacer una aclaración, digo enólogo pero quiero decir ‘equipo’. Los vinos son el resultado de un trabajo en equipo donde cada uno es importante, ya sea desde su labor en campo o en bodega.
VS. El vino que presentamos este mes en Vinoselección nace de la parcela Las Arenas, pero ¿cuál es su favorita?, ¿ha fichado alguna viña que apunte a ser la niña mimada de la casa?
Las Arenas es una parcela de tan solo 0,4 hectáreas que nos da una magnífica calidad. Está en Ábalos, la Rioja Alta, pero no creo mucho en las fronteras. Muy cerca estamos trabajando con pequeñas parcelas viejas en Samaniego, en Rioja Alavesa. Mi objetivo es llegar a conocer en profundidad todos esos pequeños majuelos.
Además, junto a las instalaciones en Ábalos, tenemos 2 hectáreas de viñedo en propiedad con una edad de 20 años, que, pese a su relativa juventud, está dando muy buenos resultados.
VS. ¿Con qué logros se quedaría satisfecho en esta etapa como enólogo de Bodegas Obalo?
En primer lugar quiero señalar que estoy muy contento de formar parte de este equipo, somos una piña.
Por otro lado, estoy especialmente satisfecho con el cambio de estilo que hemos realizado en nuestro vino rosado. Ahora, parte de Obalo Rosado fermenta en barricas y otra parte realiza crianza sobre lías. Parece mentira, pero el rosado es el vino más difícil de elaborar.
Otro ajuste con el que también nos sentimos satisfechos es el de nuestro vino joven, San Roque. Llevamos dos o tres años trabajando sobre él para distanciarlo del anterior estilo más cercano a lo que sería un Roble (aunque en Rioja no existe esa categoría como tal), y convertirlo en un tinto más frutal. Es un vino totalmente rompedor y con muchas notas de violeta en nariz. La gran añada 2023 nos ha brindado un San Roque que es pura fruta.