10 tipos de copas de vino que debes conocer
Existen muchos tipos de copas de vino diseñadas específicamente para servir unos u otros. No sólo las hay para tintos, blancos o espumosos sino que, dentro de cada uno de estos grandes grupos de vinos, hay parámetros que debemos tener en cuenta a la hora de elegir la más adecuada. El dulzor, la oxidación, la vejez y hasta la variedad de uva requieren un determinado tipo de copa de vino.
Pero, claro está, no se trata de tener multitud de copas diferentes, sino de hacerse con aquéllas más apropiadas para degustar los vinos que tomamos habitualmente.
Normalmente, con cuatro juegos de copas en casa tendremos suficiente: uno para el tinto, otro para el blanco y dos más para los espumosos y los vinos dulces. Y aunque en la práctica podamos utilizar la misma copa para casi todos, está muy bien saber cuál es la mejor para cada vino en concreto.
Las cualidades de una buena copa de vino
Sean cuales sean los dictados de la moda, e independientemente de tu gusto personal, una buena copa de vino debe ser de cristal incoloro, fino y liso.
Desde su aparición en las culturas antiguas y hasta el siglo XVIII, las copas eran cerámicas o de metal. Cuando comienzan a fabricarse en vidrio y, algo después, en cristal, las copas se hacen grabadas o esmeriladas. Cuanto más trabajadas y sofisticadas, mejor.
Por fortuna, actualmente las copas no suelen tener ningún tipo de dibujo ni color para que se pueda apreciar el líquido que contienen.
El cristal ha de ser delgado, pues uno grueso desvirtuaría la imagen del vino impidiéndonos identificar una posible turbidez, impurezas e incluso la lágrima, un indicador de su fluidez y grado alcohólico. Y ni que decir tiene que las copas de cristal tintado, que ocultan el propio color del vino, quedan descartadas.
Por su parte, el tallo ha de ser lo suficientemente largo para que podamos cogerla por ahí sin tocar el cáliz, para no mancharlo ni transmitir al vino el calor de nuestra mano. Generalmente, cuanto más grande es el cáliz más largo es el tallo, aunque, como veremos a continuación, cada tipo de copa de vino guarda una proporción distinta.
Tipología de copas de vino
1. Copa Borgoña
La copa Borgoña adquiere su nombre del vino al que va destinada, como sucede con la mayoría de los tipos de copas de vino. Grande y abombada, es ideal para los tintos de la famosa región francesa y, en general, para los de mucha calidad, al tener un enorme espacio para que los aromas se liberen poco a poco.
Su tallo es largo para que se pueda agitar bien y facultar la oxigenación del vino. Si este tiene mucha crianza o ha pasado largo tiempo en botella, es la copa ideal para se abra. Por la misma razón, no es buena para los vinos que se oxidan rápidamente, como los blancos.
2. Copa Burdeos
El tipo de copa para vino tinto por antonomasia es la Burdeos. Es similar a la Borgoña, pero su cáliz es más largo y menos globoso, lo que permite que captemos los aromas potentes de los buenos vinos de Burdeos sin saturarnos.
Perfecta para las varietales tintas más populares en España, como la garnacha o la tempranillo.
3. Cabernet Sauvignon
La cabernet sauvignon es parecida a las dos anteriores, pero más pequeña y con la boca más ancha. Se utiliza para tintos ligeros, aunque sabrosos, que se suelen servir a una temperatura un poco más fresca para que se puedan percibir mejor. En una copa mayor acabarían por calentarse.
Además de utilizarse para los vinos de la variedad que le cede el nombre y otros tintos sin demasiada estructura, es un tipo de copa perfecto para el rosado.
4.- Copa Sauvignon Blanc
Aunque muchas marcas la comercializan con este nombre, la sauvignon blanc es en realidad un tipo de copa ideada para cualquier vino blanco seco.
Es un poco más pequeña y estrecha que la de vino tinto, para mantener el frío. Su cáliz ancho se estrecha en la boca, para que los aromas se concentren y no se disipen rápidamente.
5. Copa Chardonnay
La copa conocida como chardonnay está destinada al disfrute de los blancos más complejos, como los fermentados en barrica. Su tallo es más corto para soportar un cáliz abombado que facilita la liberación de todos los aromas de estos blancos sofisticados.
6. Copa Sauternes
La Sauternes es una copa para vino blanco algo más pequeña y con el cáliz menos abombado y más recto que las anteriores. Se utiliza para su vino homónimo, pero también para otros vinos dulces como los tokay, Pedro Ximénez o moscatel.
7. Copa flauta
Este tipo de copa está concebida para los espumosos. Su cáliz alargado y estrecho facilita la visión de las burbujas y deja que el gas salga lentamente hacia la superficie sin perder la fuerza de inmediato.
8. Copa Jerez o catavinos
De todos los tipos de copas de vinos, el catavinos es, sin duda, la más peculiar. Sus características están pensadas única y exclusivamente para los vinos del marco de Jerez y su alto grado de oxidación. Para evitar que se siga oxidando, la copa es pequeña. Su cáliz es alargado, el tallo corto, y su cristal es más grueso de lo normal para mantener el vino a la temperatura fresca a la que se consumen.
9. Copa Oporto
La copa de Oporto es igual de pequeña pero con el cáliz más ancho y cerrado por arriba que la de Jerez. Como ésta, se puede utilizar para otros vinos generosos.
10.- Copa Madeira
Otro vino con copa particular es el de Madeira. Puede degustarse también en catavinos o en copa de Oporto, pero su copa específica, de tamaño parejo a las anteriores, tiene un estrechamiento cercano a la boca que se abre luego para ofrecer los aromas.
Cada tipo de copa de vino define su utilidad: grandes para los aromas complejos del tinto, algo más reducidas para conservar los blancos frescos, aflautadas para para los espumosos y pequeñas para los dulces. Pero lo más importante es que sea una buena copa de cristal transparente e incoloro que nos permita apreciar el vino en toda su expresión. Elige tu favorita y disfrutarás seguro.